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Jamón cocido / ADOBE Stock
Alimentos

No siempre es lo que parece: el detalle de la etiqueta en el que debes fijarte al comprar jamón cocido

En los estantes del supermercado conviven productos muy diferentes bajo un mismo nombre. Saber distinguirlos es esencial para elegir bien

12/06/2025 Actualizado a las 13:48

El jamón cocido es un habitual de nuestras neveras. Aporta sabor, es práctico y parece, a simple vista, una opción saludable para cenas rápidas o bocadillos. Pero cuidado: no todo lo que se vende como jamón cocido es igual. De hecho, una mala elección puede significar que estás comprando más agua y almidón que carne. Así lo advierte la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que ha analizado 25 productos de jamón cocido extra y ha revelado diferencias notables entre marcas. La clave está en un detalle que muchos pasan por alto: la categoría comercial que figura en la etiqueta.

Aunque su apariencia sea parecida, no es lo mismo un fiambre que un jamón cocido de categoría extra. La diferencia no solo está en el precio: también en la calidad, la proporción real de carne, los aditivos, y el impacto en tu salud. Te explicamos cómo descifrar las etiquetas y acertar con tu elección.

Jamón cocido, paleta o lacón: parecidos, pero no iguales

En los estantes del supermercado encontramos distintos productos cocidos de cerdo que a menudo se confunden entre sí. Por ejemplo, el lacón proviene de las patas delanteras del animal y suele ahumarse. La paleta cocida, también de las extremidades delanteras, se parece más al jamón cocido, pero suele ser de menor calidad. Por su parte, el jamón cocido auténtico procede de las patas traseras y es el que más carne contiene si se elige bien.

Pero incluso dentro del jamón cocido hay diferencias importantes. Según su categoría, puede ser un alimento de alta calidad o un simple procesado repleto de sal, azúcares y aditivos.

Categorías del jamón cocido: lo que marca la diferencia

En España, el jamón cocido se clasifica en tres categorías:

  • Jamón cocido extra: es el de mayor calidad. Está elaborado con un alto porcentaje de carne (entre el 82% y el 97%), sin almidones ni proteínas añadidas, y con un contenido limitado de azúcares.
  • Jamón cocido (sin apellido): permite hasta un 1% de proteínas añadidas y más azúcares.
  • Fiambre de jamón: es la categoría más baja. Incluye almidones y puede tener solo un 50% de carne.

El truco para saber qué estás comprando está en la etiqueta. Las palabras bonitas como “jugoso” o “al natural” no significan nada legalmente. Lo que sí importa es que en la lista de ingredientes aparezca claramente “jamón cocido extra”. Si dice solo “jamón cocido” o “fiambre”, estás ante un producto de menor calidad.

En qué debes fijarte al comprar jamón cocido

Si buscas calidad y salud, aquí van las claves:

  • Categoría comercial: elige siempre “jamón cocido extra”.
  • Porcentaje de carne: cuanto más alto, mejor.
  • Contenido de sal y grasas: algunos productos llegan hasta el 3% de sal, muy por encima del 1,25% considerado como alto.
  • Formato y tamaño del envase: los paquetes más grandes suelen salir más económicos, pero una vez abiertos deben consumirse en tres días.
  • Fecha de consumo preferente: elige los más recientes si no los vas a consumir de inmediato.
  • Tipo de loncha: según el uso que le vayas a dar (bocadillo, sandwich o receta), valora el tamaño y grosor.

Y recuerda: el precio no siempre garantiza mejor calidad. En el análisis de laboratorio realizado sobre 25 marcas de jamón cocido extra, varias marcas blancas destacaron por encima de primeras marcas mucho más caras.

¿Es el jamón cocido un alimento saludable?

Aunque tiene proteínas de buena calidad y bajo contenido graso en algunos casos, su alto contenido en sal lo convierte en un alimento para consumo ocasional, no diario. Además, no debemos olvidar que se trata de un producto cárnico procesado. La OMS advierte que el consumo excesivo de carne procesada se asocia con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal.

Si quieres cuidar tu salud, elige los que indiquen “bajo en sal” o “bajo en grasas”, y consúmelos con moderación. Y si te planteas si es mejor el jamón cocido o el pavo cocido, la respuesta es: depende. Aunque el pavo suele tener menos grasa, ambos productos pueden tener un exceso de sal, así que hay que leer las etiquetas con la misma atención.

Conclusión: no te dejes engañar

El jamón cocido puede ser un buen aliado en tu cocina… o una trampa llena de agua, sal y aditivos. La diferencia está en un simple vistazo a la etiqueta. Si quieres calidad, busca jamón cocido extra, con alto porcentaje de carne y bajo contenido en sal. Lo demás, por más jugoso que suene, puede no ser lo que parece.

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