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Gonzalo Velasco, director comercial de Syngenta en Andalucía / Vanessa Gómez
Entrevista

Gonzalo Velasco: «Gracias a la innovación, el girasol sigue siendo un cultivo viable en Andalucía»

La PAC, los precios y los malos rendimientos han perjudicado a las siembras de girasol en la comunidad, cuya superficie ha menguado un 25%

25 enero 2016, 10:02

Desde la fábrica de Carmona, en Sevilla, la multinacional Syngenta vende semillas de girasol a toda la Unión Europea y a algunos países del Magreb. La compañía suiza de biotecnología agraria otorga a esa fábrica una gran importancia, no sólo por ser su referencia en girasol para los países comunitarios, sino por haber aportado el conocimiento a la expansión en la Europa del Este y, sobre todo, al centro de investigación situado en Stein (Suiza) para concebir nuevas variedades del cultivo más resistentes a plagas y enfermedades como el jopo.

Y es que «gracias a la I+D+i, el girasol sigue teniendo futuro en Andalucía», afirma el director comercial de Syngenta en la comunidad, Gonzalo Velasco. Un cultivo que no pasa por sus mejores momentos, ya que «tras 50 años de introducción en el campo andaluz, parásitos como el jopo y enfermedades causadas por nuevas razas del hongo mildiu están haciendo estragos». A esto se suman las bajas cotizaciones de la pipa de girasol en los últimos años, una concatenación de malas cosechas y una reforma agraria que exige la rotación de hasta tres cultivos, lo que ha ido en detrimento del menos rentable, el girasol, que va reduciendo su presencia en el paisaje agrario andaluz.

-¿Cuál es la producción de la planta de Syngenta en la provincia de Sevilla?
-La fábrica situada en Carmona está dedicada a la producción, selección y envasado de semillas, principalmente de girasol, cultivo en el que está especializada, aunque en menor medida se producen también semillas de colza. Desde ese centro salen más de 5.000 toneladas al año de semillas y se surte no sólo al mercado nacional, sino que exportamos a toda Europa y a algunos países del Magreb, pero en especial a los mercados de mayor expansión de Syngenta, entre ellos Ucrania, Hungría, Rusia y Turquía.

-¿Cómo afecta a Syngenta el retroceso del cultivo en el campo andaluz?
-El girasol es un cultivo fundamental para la compañía, aunque es verdad que en los últimos años ha sufrido un retroceso, entorno al 20 ó 25% de la superficie. Entre las razones está que se han sucedido malas cosechas, donde el clima no ha acompañado, y con cotizaciones en origen bastante bajas. Pero también hay un factor externo que va a hacer que la superficie de girasol no crezca más de cara a 2020, que es la nueva reforma de la PAC, que obliga a tener un tercer cultivo. Antes la rotación habitual era trigo y girasol, y ahora el agricultor para cobrar las ayudas por el greening está obligado a sembrar un tercer cultivo, que ha ido en detrimento del girasol. Esa superficie perdida será muy difícil de recuperar. A ver qué pasa con la próxima reforma agraria.

Nuevas variedades

-¿Qué soluciones aporta la multinacional para revertir esta situación?
-La innovación, que está en el ADN de nuestra compañía. Somos la primera empresa a nivel mundial en investigación y desarrollo de nuevas variedades de girasol. Anualmente estamos probando entorno a mil híbridos experimentales de este cultivo en Andalucía, de los cuales, tras siete años de pruebas, uno o dos llegarán a ser comerciales. Con esta filosofía hemos conseguido que el girasol siga siendo un cultivo viable en el campo andaluz, superando con la innovación barreras como el jopo y las nuevas razas de mildiu. Así nace nuestra variedad estrella de girasol este año, SY Kiara, que incluye un ciclo muy corto y muy adaptado a las condiciones de estrés térmico e hídrico de Andalucía, y que el año pasado dio un rendimiento espectacular en todas las pruebas que tuvimos.

-Respecto a la colza, que se ha presentado como un cultivo alternativo en Andalucía, las expectativas de siembras se han frenado en esta campaña. ¿Están contentos con los números?
-Las últimas estadísticas están hablando de unas 12.000 hectáreas de colza sembradas en Andalucía, y unas 30.000 en España. Es poco, pero es el doble de lo que se ha plantado en los últimos años. La colza lleva muchos años siendo esa alternativa oleaginosa que busca el sector en el norte, ya que está muy adaptada en Castilla y León y Navarra, al ser variedades de ciclo largo, con alto techo de producción. Sin embargo, en Andalucía, por la especificidad del clima hay que usar las colzas de primavera, y es un cultivo que no termina de cuajar. Es verdad que tampoco ha ayudado el otoño, por lo que hay muchas colzas que se están arando y van a terminar sembradas de girasol.

Líder en fitosanitarios

-Además de la producción de semillas, la otra gran línea de negocio de Syngenta es la protección de cultivos. ¿Cuál es el consumo de productos fitosanitarios del campo andaluz?
-A nivel de mercado, estamos hablando de un consumo de fitosanitarios de 150 millones de euros en Andalucía. Syngenta es la empresa líder del sector. Tiene entorno a un 20% de share y por categorías primero está el consumo de herbicidas y después el de fungicidas. Los cultivos de primor son los que más fitosanitarios utilizan pero, a nivel global, uno de los cultivos que más pesa es el olivar, ya que la superficie de olivos ronda 1,5 millones de hectáreas.

-¿Cómo influyen los fitosanitarios en la productividad de un cultivo?
-Son determinantes. Si no fuera por el manejo de herbicidas en un cultivo como el cereal estaríamos perdiendo entorno al 30% del techo productivo. Si nos vamos al mismo cultivo y hablamos de una buena primavera con condiciones altas de humedad y temperatura, sin el uso de fungicidas capaces de evitar las enfermedades en el cereal, estaríamos perdiendo otro 25% añadido de producción. Además, tendríamos muy mala calidad del grano, que no terminaría de madurar, perdiendo proteína y vitrosidad. Una agricultura moderna hoy en día no se concibe sin tratamientos fitosanitarios.

-¿El negocio de la venta de fitosanitarios ha crecido en los últimos años pese a las restricciones europeas?
-Es un mercado que en los últimos cinco años ha crecido a un ritmo paulatino, sosteniendo entre un 2 y un 3% de crecimiento anual en Andalucía. No obstante, pensamos que mientras que sigan saliendo productos fruto de la investigación que aporten un beneficio al productor final o a la cadena alimenticia, será un mercado con futuro.

Aplicación segura

-¿Existe un método completamente seguro para la aplicación de productos fitosanitarios?
-Sí. Hay una guía muy específica en el uso de cada producto fitosanitario que siguiéndola a rajatabla garantiza un uso cien por cien seguro. No hay que tener ningún temor pues están demonizados sin razón. Los productos farmacéuticos son productos químicos que ayudan a mejorar la salud del ser humano y están bien vistos. Los fitosanitarios hacen lo mismo pero con las plantas, aunque tienen muy mala prensa. El sector tiene un gran problema de comunicación.

-¿Qué nuevos productos va a sacar Syngenta al mercado este año?
-Tenemos dos lanzamientos muy importantes en Andalucía. Un insecticida para el control de prays y mosca del olivo que se llama Eforia. Un producto de control revolucionario ante los vectores que están provocando la xylella fastidiosa en el olivar, que empezaremos a vender en marzo. El otro es la variedad de girasol SY Kiara, que va a ser la referencia en este cultivo en el sur de España por su estabilidad, adaptabilidad, resistencia a enfermedades y alto contenido graso. Es una variedad precoz y altamente productiva que marcará un hito como sus predecesoras Sambro y Bósfora.

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