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Muestra de aceite de oliva / Agrónoma
Sector oleícola

Crean un nuevo método analítico para clasificar el aceite de oliva virgen

Este nuevo sistema tiene un índice de acierto «de un 90%», según aseguran las entidades implicadas en la investigación

02/12/2020 Actualizado a las 12:54

Sovena, empresa española encargada del envase y comercialización del aceite, y la Universidad de Córdoba avanzan en la consolidación de un método pionero de clasificación de aceite de oliva que «contribuye a agilizar la obtención de resultados para determinar si un aceite es virgen extra, virgen o lampante, a incrementar el volumen de muestras analizadas y a minimizar los elementos subjetivos derivados de las catas».

Este sistema, basado en el aprovechamiento de la Espectrometría de Movilidad Iónica (IMS), es un método analítico complementario al actual panel de catas del que depende la clasificación del aceite de oliva. Las investigaciones comenzaron en 2011, según explican Sovena y la UCO en un comunicado.

Acierto en la clasificación del 90%

En concreto, la metodología, desarrollada por un grupo de investigación perteneciente al Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, liderado por Lourdes Arce, ha sido testada con «un porcentaje de acierto en la clasificación del 90%, lo que ha permitido a Sovena incorporar hace dos años este sistema a sus procesos de clasificación de aceites y aprovechar su eficiencia», señalan.

De hecho, el procedimiento basado en el uso de la IMS aporta «numerosas ventajas» al proceso, pues «tiene la capacidad de detectar compuestos volátiles a muy baja concentración; y permite analizar un gran número de muestras de forma simple, rápida, a bajo coste y sin tratamiento previo de la muestra», aseguran.

Esta línea de trabajo está enmarcada también en el Grupo Operativo Sensolive_OIL, promovido por la Interprofesional del Aceite de Oliva, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía, junto a empresas del sector.

Sovena, primera empresa en implantar esta metodología

En este contexto, Sovena forma parte de «este esfuerzo colectivo», promovido desde hace más de 7 años por la Interprofesional del Aceite de Oliva, de búsqueda de herramientas que ayuden al sector en sus procesos internos de autocontrol y la incorporación de métodos instrumentales que complementen al panel test.

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Botellas de aceite de oliva / Agrónoma

De este modo, la puesta en marcha de este sistema ha supuesto una «importante inversión, tanto en la adquisición de equipos como en la realización de actividades, que se suma a las aportaciones realizadas desde 2011 por la compañía a la Universidad de Córdoba a través de diferentes acuerdos de colaboración en el marco de esta investigación», detalla la propia empresa.

Cabe destacar que la compañía oleícola se ha convertido en la primera empresa de su sector en implementar internamente esta metodología, lo que, como asegura, le ha permitido analizar «más de 3.000 muestras en los últimos dos años, paralelamente al sistema de catas, y alcanzar un índice de acierto en la línea al realizado en los estudios de la UCO, de un 90%».

Reforzar la seguridad jurídica

Para Luis Aparicio, director de Calidad de Grupo Sovena, «el trabajo realizado por el equipo de investigación de la Universidad de Córdoba tiene una relevancia muy profunda para nuestro sector, al haber sido capaz de aportar una herramienta pionera que complementará a los tradicionales paneles de cata. Esta nueva metodología analítica puede contribuir a reforzar la seguridad jurídica en el ámbito de la clasificación del aceite de oliva, que actualmente es muy costosa y lenta, y que además finalmente depende de un análisis sensorial de un panel de expertos, con las limitaciones que ello implica».

Por otra parte, «esta herramienta tiene un enorme potencial de desarrollo, que posibilitará implementar otras aplicaciones para diferentes áreas operacionales», explica Aparicio.

Para Lourdes Arce, catedrática de Química Analítica de la Universidad de Córdoba que lidera este proyecto desde 2011, «cuando desde el sector y desde Sovena nos trasladaron la urgencia de categorizar el aceite mediante una forma complementaria al análisis sensorial, decidimos apostar por esta nueva metodología, que se basa en analizar la fracción aromática del aceite como si fuera la nariz de un catador humano mediante el empleo de la cromatografía de gases acoplada a la espectrometría de movilidad iónica, que es una técnica que separa y detecta los iones en fase gaseosa».

De este modo, «prácticamente diez años después hemos sido capaces de desarrollar la metodología y propiciar su incorporación a los procesos internos de las empresas para ofrecer mayores garantías de calidad y una mayor seguridad en el etiquetado», concluye la catedrática.

Escrito por

Redacción

Redacción de ABC de Sevilla

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