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Arroz redondo y largo / Millán Herce
Importación masiva

Las entradas de arroz sin arancel amenazan el futuro de la Marisma

Los precios llevan años estancados por las importaciones de países asiáticos, según denuncian los arroceros

27 abril 2020, 09:39

Los arroceros sevillanos han alzado la voz, en numerosas ocasiones, contra la importación masiva de arroces de origen asiático que entran en la Unión Europea a coste cero y que compiten en los mercados con el producto español.

De hecho, desde 2012, los productores de la Marisma venían denunciando serios problemas para comercializar su arroz ante la llegada masiva del grano de Camboya y Myanmar libre de aranceles y sin garantías de cumplimiento de las estrictas normas laborales, medioambientales y de seguridad alimentaria que rigen en la Unión Europea, tras la firma de la iniciativa EBA (Everything But Arms, todo menos las armas). Un acuerdo que inundó Europa de arroces baratos de terceros países (hasta 400.000 toneladas anuales) y paralizó los precios de los arroces internos, especialmente los de grano largo (variedad índica).

La presión de los arroceros llevó a que, en mayo de 2018, la Comisión Europea encargara su propio estudio de impacto, en el que se reconoce que la exención de derechos de aduana a las importaciones de arroz índica de Camboya y Myanmar «causa importantes daños económicos a los productores europeos y a la industria molinera comunitaria», al entrar por el norte de Europa (Alemania, Bélgica, Inglaterra) arroces ya empaquetados directamente para los lineales de las grandes superficies.

Por todo ello y en un tiempo récord, se aprobaba el establecimiento de un periodo de tres años de aranceles para el arroz de la variedad índica que entrara en la UE procedentes de Camboya y Myanmar, que sería de 175 euros por tonelada para el año 2019, 150 euros por tonelada para 2020 y de 125 euros por tonelada para 2021.

Se trata de «un parche que no viene a solucionar el problema del sector», señala el director de la Federación de Arroceros de Sevilla, Eduardo Vera, ya que «el impuesto, que además es decreciente, se establece sólo para tres años y sólo para la variedad índica», por lo que, hecha la ley, hecha la trampa. Así, la consecuencia directa es que países como Myanmar «ha bajado la exportación a Europa de arroz índica (grano largo), pero ha aumentado la comercialización de la variedad japónica (grano redondo)». De hecho, «la importación de grano japónica de Myanmar aumentó de 30.000 toneladas en 2018 a 110.000 toneladas en 2019», destacando al respecto que «el 75% de la producción comunitaria de arroz es de grano redondo».

Libre acuerdo con Vietnam

A la difícil situación que atraviesan los arroceros sevillanos, con precios estancados durante años y llegando incluso a estar por debajo de los 300 euros la tonelada, donde se sitúa el umbral de la rentabilidad, debido a la «desleal competencia» de los arroces de Camboya y Myanmar, se suma ahora una nueva amenaza: Vietnam.

El acuerdo comercial y de inversión aprobado entre la Unión Europea (UE) y Vietnam entrará en vigor probablemente este verano para un periodo de diez años. Se trata de uno de los mayores productores de arroz, con una cosecha de unos 28 millones de toneladas al año (frente a las 2,5 millones de toneladas anuales que produce la UE y las 850.000 toneladas españolas), siendo además, «el principal exportador de Asia, con 10 millones de toneladas de arroz/año», ya que tiene «dos cosechas permanentes anuales, una en febrero y otra en noviembre», explica Eduardo Vera.

Los arroceros sevillanos temen que las consecuencias directas de este acuerdo para la Marisma sean nuevamente «un mercado comunitario en recesión y precios en caída». Por ello, piden a las autoridades de la UE «abastecer los mercados primero con el grano comunitario y que se exija a los arroces importados las mismas exigencias productivas en cuanto a calidad, seguridad alimentaria (trazabilidad, libre de residuos, etc.) y sostenibilidad ambiental que se imponen en Europa, para que todos los arroceros compitamos en igualdad de condiciones».

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