
La mancha negra de los cítricos amenaza con entrar en la UE y supondría una hecatombe para el sector
Extendida por Túnez, ha demostrado su adaptación al clima mediterráneo, lo que preocupa, y mucho, en Andalucía
Competencia desleal, precios en origen bajos, bajada del consumo… los citricultores han vivido un año convulso, a pesar de que la cosecha ha sido bastante mejor, en calidad y cantidad, que la del año anterior.
A esto hay que sumarle la preocupación por la sanidad vegetal, con dos grandes amenazas en ciernes que podrían cambiar el panorama citrícola tal y como lo conocemos: el HLB, que ya ha llegado a Portugal, y la mancha negra, también llamada por su nombre en inglés, ‘Citric Black Spot’ (CBS).
En los últimos meses, la mancha negra se ha extendido y está causando daños en todas las zonas citrícolas de Túnez, demostrando que la preocupación se ha duplicado para los agricultores andaluces: el hongo está cada vez más cerca y se puede desarrollar en regiones mediterráneas, como la andaluza, en contra de lo que ha argumentado siempre Sudáfrica, uno de los principales ‘exportadores’ de esta plaga.
Una expansión rapidísima
Ahora, un artículo científico publicado en la publicación ‘Journal of Phytopathology documenta que la enfermedad’, que en 2020 se delimitó que afectaba a 2.000 hectáreas del noreste del país, se ha propagado a todas sus áreas citrícolas con pérdidas del casi el 100% en las parcelas sin tratar.
Ha sido una expansión meteórica, habida cuenta de que fue en 2019 cuando, tras detectar en puertos europeos hasta siete partidas importadas de cítricos tunecinos con la presencia de mancha negra, las autoridades del país africano se vieron obligadas a confirmar la presencia de la enfermedad en el noreste del país, declarando oficialmente un área infectada de 2.000 hectáreas.
Aquello ya fue un hito mayúsculo pues era la primera vez que este patógeno, considerado el hongo más peligroso de la citricultura y cuyo combate está regulado en la UE como ‘prioritario’, se localizaba en un país mediterráneo, la primera vez que se identificaba en una zona productiva tan cálida como la española.
Además, esta ratificación desmentía décadas de trabajos y esfuerzos por parte de Sudáfrica negando que el CBS pudiera adaptarse a unas condiciones de temperatura y régimen de lluvias como las de España.
El artículo publicado en la revista científica alerta de que, un lustro después de aquella detección, la enfermedad está ya totalmente extendida en las áreas citrícolas de este país, no sólo en Nabeul, donde se originó sino también en Sousse.
Para el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), que agrupa a las empresas exportadoras, esta investigación «se conoce en el momento más oportuno, justo después de que el Gobierno de Sudáfrica llamara a consultas en la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la Comisión Europea.

El conflicto en la OMC
La reclamación del país africano quiere cuestionar la normativa comunitaria, que incrementó los controles a la importación de cítricos con el fin de evitar que las importaciones de cítricos de terceros países puedan estar contaminadas por el hongo.
A juicio de la presidenta de la patronal citrícola, Inmaculada Sanfeliu, este nuevo estudio «evidencia la necesidad de mantener e incluso reforzar estas medidas de control, basadas en tratamientos fungicidas e inspecciones en origen, así como la falta de credibilidad científica de los exportadores de este país y de sus autoridades».
Las conclusiones de este trabajo científico demuestra las graves consecuencias, con riesgo fitosanitario y económico, que tendría la entrada de la mancha negra en los territorios citrícolas de la UE. Andalucía juega un papel clave en este escenario, pues produce el 32% de los cítricos a nivel nacional.
Sus conclusiones ratifican los sucesivos dictámenes elaborados por la EFSA (la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), presentados desde 2008 y revisados en 2014. Dichos informes son la base que la Comisión Europea utiliza para defender la normativa actual, que se aplica en los cítricos que entra desde Sudáfrica, Argentina, Uruguay, Brasil y Zimbaue, y que ahora está cuestionada en la OMC.

Sin erradicación posible
De la gravedad de la afección del CBS da una idea la carta que, hace tan sólo unas semanas, dirigió la propia Comisión Europea a las autoridades sudafricanas en su contestación a la llamada a consultas en el citado organismo internacional.
El ejecutivo comunitario reseñaba que el impacto económico si la mancha negra lograse llegar a las zonas citrícolas comunitarias, podría alcanzar los 1.182 millones de euros.
En esta reciente investigación se confirma, además, que no existe ningún caso exitoso de erradicación de la mancha negra tras su introducción. En todos estos países, son necesarios entre 4 y 6 tratamientos fungicidas al año para obtener un control aceptable de la enfermedad, algo que en el caso de la UE, con las restricciones fitosanitarias actuales, «sería casi imposible». El estudio tunecino afirmaba que en las parcelas donde no se ha tratado con fungicidas, los daños se elevan casi al 100% de la cosecha.
«El problema no es la normativa, es su incumplimiento reiterado, que lo único que pretende Sudáfrica con su acción ante la OMC es evitar que la Comisión Europea les exija recurrir a los fungicidas eficaces, y más caros, que ya deberían estar usando, o que los envíos a la UE se realicen solo desde zonas exentas, como ya les exige EEUU», resaltan desde el Comité de Gestión de Cítricos, desde donde advierten que el problema volverá en las próximas campañas.