La relación de Primark y la remolacha andaluza: piden el boicot de la cadena de ropa por el cierre de Azucarera
El sector asegura que la multinacional Asociated British Food (ABF) ha fallado a su compromiso con los productores
Las organizaciones agrarias COAG, Asaja, UPA y el Grupo Remolachero de Sevilla siguen en pie de guerra para intentar evitar el cierre de la fábrica de Azucarera en Jerez, la única que moltura remolacha azucarera en la región.
De hecho, acusan a la multinacional AB Azucarera de «incumplir su compromiso con los productores» al confirmar que no recepcionará remolacha andaluza en 2026 y de rechazar el apoyo de la Junta.
Los agricultores piden a la multinacional «que rectifique de inmediato» y avisa de que, si no lo hace, llamarán al boicot para las empresas de la Asociated British Food (ABF), entre las que se encuentra Primark. «Si esta empresa no quiere nuestra remolacha, tampoco va a tener el dinero de los andaluces», avisan.
«Han incumplido su palabra con los más de 500 remolacheros andaluces que tienen preparadas más de 4.000 hectáreas de siembra para la remolacha otoñal», lamentan. Una superficie, aseguran, superior a la que Azucarera exigió para mantener abierta la recepción de remolacha azucarera y el cumplimiento del compromiso agroambiental quinquenal para este cultivo entre la Consejería de Agricultura y el sector.
Ayuda ofrecida por la Junta
«Pese a la ayuda adicional de 300 euros por hectárea que ofrece la Junta de Andalucía para incentivar la siembra de remolacha, Azucarera ya tenía sus planes trazados, y esos planes pasan por dar la espalda al campo andaluz, mantener activa la fábrica de Toro (Zamora) y dejar la de Guadalete exclusivamente para refino de caña de azúcar de terceros países», lamentan las organizaciones.
La planta de la Azucarera de Guadalete-Jerez de la Frontera puede molturar hasta 10.500 toneladas de remolacha diarias, con un potencial de producción de 1.700 toneladas de azúcar al día, y había protagonizado potentes inversiones de la compañía en los últimos años para ampliar su capacidad de producción.
Por su parte, desde el sector avisan de que esto supone un «auténtico desastre para el sector y para las comarcas productoras de Cádiz y Sevilla, donde este cultivo ha sido tradicionalmente un motor económico y social».
Escrito por
