babilonia en guagua
Como éramos pocos, parió el padrón
Al igual que un vecino al que se le descubre una irregularidad en cualquier asunto el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ¿estaría en disposición de devolver el dinero cobrado?
En estos días azules y ventosos comienza abril, un mes lleno de buenas perspectivas, algo de demagogia y menos personas en algunos sitios.
Para muestra un botón. Resulta que en Santa Cruz de Tenerife el movimiento natural de la población ha sufrido —de un día para otro— un pinchazo de unas 15.000 personas. En términos porcentuales, alrededor de un 7% de su población, ahí es nada.
El motivo de la volatilización de estos chicharreros no se debe al éxodo masivo en busca de un futuro mejor allende los mares, ni siquiera se trata de un movimiento pendular hacia otro municipio más próspero. En realidad el motivo lo van a estudiar en una sesuda investigación.
Según el propio concejal de Hacienda, “desde el año 2009 no ha habido un buen funcionamiento de la administración, porque no se ha dado respuesta a los requerimientos del INE”. Y afirma que “se abrirá una inspección que deberá determinar las responsabilidades, las infracciones administrativas o las faltas de diligencia”.
El propio alcalde santacrucero ha salido al paso concluyendo que la investigación “se tiene que hacer desde un punto científico y profesional”. Hombre, tal como están las cosas con que sean profesionales nos vale. No hace falta apelar a la ciencia para un simple problema de aritmética, en el fondo se trata de cotejar el DNI y el padrón de 1996. Pero si de paso cae alguna teoría similar a la Ley de Gravitación Universal de sir Isaac Newton, se agradece.
Sin haber resuelto una parte de la ecuación, desde la Casa de los Dragos, lo que si nos han podido avanzar son sus efectos más inmediatos. En otras palabras -y lo que realmente le preocupa a la actual corporación municipal-, lo que la ciudad perderá en materia económica: alrededor de 2,3 millones de euros entre fondos procedentes del REF y del fondo fiscal. Con desbarajustes así las cuentas municipales son más difíciles de cuadrar sin tener que apelar a los números rojos.
Desgraciadamente, no es un caso único en nuestra geografía insular. A los ayuntamientos patrios les gusta mantener -cuando no inflar- en censo de habitantes. En plena etapa de crecimiento, cuando nadie le veía las orejas al lobo, desde el departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna nos lo advertían.
El propio José León García en una conferencia dada en enero de 2003 titulada "La perspectiva numérica de la inmigración en Canarias" nos explicaba que en las Islas "hay una tradición de inflar los padrones de población por los ayuntamientos, ya que cuando la población canaria emigraba, conservar el número de habitantes era importante para no perder recursos que están ligados a la población existente”.
Incluso fue a más, estas afirmaciones son fácilmente constatables, según García, “con tan sólo comparar los datos del censo y del padrón, donde se pueden observar diferencias evidentes en el número de habitantes”. Según el profesor, "el nuevo mecanismo del padrón continuo les ha dado a los ayuntamientos un instrumento que no poseían para poder manejar los padrones de población un poco a su antojo", quien resaltó que "parece que los ayuntamientos han encontrado la fórmula para tener el padrón que quieren".
Desde esta humilde guagua no queremos decir que eso es lo que le pueda pasar al padrón de habitantes de Santa Cruz de Tenerife, ya que como todos sabemos está siendo sometido a “una investigación científica y profesional”, pero si nos preguntamos qué o quién ha ganado con este presunto error durante la última década y media.
Igual con más habitantes se podía aumentar el número de concejales y por ende sus asignaciones económicas. Es un suponer. O se podía acceder a unas suculentas ventajas derivadas de la Ley de Grandes Ciudades. Es otro suponer entre varias decenas de suponeres.
Por cierto, al igual que un vecino al que se le descubre una irregularidad en cualquier asunto y tiene que no sólo subsanarla, sino que abonarla si fuera el caso; en caso de confirmarse este grave asunto ¿el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife estaría en disposición de devolver el dinero cobrado a lo largo de este tiempo? ¿Qué consecuencias inmediatas tendría para la ciudad y sus vecinos?
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
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