Los jugadores ingleses han formado piña en torno al infortunado guardameta Robert Green al día siguiente de su fallo en el partido contra Estados Unidos, que le costó un gol al equipo británico.
El capitán, Steven Gerrard, que había marcado el gol que adelantaba a Inglaterra, tuvo palabras de consuelo para Green: "Fue un mal momento para Rob, un gol fortuito, y él mismo reconoció su error en el vestuario, pero hizo una parada fantástica en la segunda parte, lo que demuestra su capacidad para sobreponerse".
"Va a ser un jugador muy importante para nosotros", añadió Gerrard, en cuya opinión Inglaterra no va a experimentar más presión por haber empatado su primer encuentro. "Lo que sí era muy importante era no perder el primer partido porque en él siempre hay muchos nervios", dijo.
Después del encuentro, el seleccionador, Fabio Capello, trató de restar presión al guardameta aunque no descartó que pueda hacer cambios para el segundo partido. "Hay tiempo para hablar con él y decidir".
David James, que podría suceder a Green bajo los palos el día 18 contra Argelia en Ciudad del Cabo, si Capello lo decide, también disculpó el error de su compañero: "en la portería se cometen errores".






