Los autobuses de Nueva York exhibirán pronto unos provocativos anuncios contra el proyecto de construcción de una mezquita –la Cordoba House- en las inmediaciones de la Zona Cero. En estos anuncios se ve un avión estrellándose contra las Torres Gemelas, de las que sale humo. A continuación se ve la imagen de una gran mezquita y la siguiente pregunta en inglés: «¿POR QUÉ AQUí?».

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Lugar junto a la Zona Cero donde se proyecta la construcción de una mezquita
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, trató de parar los anuncios en el autobús, como ha hecho el Ayuntamiento con todos los intentos de boicotear la mezquita. Al principio la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) consiguió rebajar los contenidos más polémicos de la campaña, promovida por Stop Islamisation of America (SIOA). Primero les hicieron eliminar el avión y después el humo que salía de las Torres. Pero cuando la MTA pidió hacer desaparecer toda alusión al 11-S, la SIOA estalló y les llevó a juicio por vulnerar su libertad de expresión. Y han ganado.
Todo este tema constituye casi un verdadero juicio moral a Nueva York, una ciudad que se jacta de ser la quintaesencia de la convivencia y la tolerancia. Justo cuando la élite neoyorquina bienpensante (en general demócrata) parecía haber consensuado que a la mezquita sólo se oponían los republicanos y los forasteros, saltó por sorpresa a la arena la Liga Anti- Difamación, una asociación judía que goza de gran prestigio por su lucha en defensa de la libertad religiosa.
La ADL (por sus siglas en inglés) no ha llamado a boicotear la mezquita de la Zona Cero pero sí ha expresado que se opone a su construcción, invocando la sensibilidad de las víctimas y el peligro de causarles “sufrimiento innecesario”. Esto ha provocado reacciones críticas de destacados intelectuales y activistas judíos. Hasta se ha dado el caso de que Fareed Rafiq Zakaria, famoso periodista nacido en la India y que ha triunfado en los Estados Unidos, donde dirige la edición internacional de Newsweek y presenta su propio programa en la CNN, devolviera un premio que la ADL le concedió en 2005.
Pero siempre habrá quien sea capaz de tomarse con humor los asuntos y los momentos más tensos. Es por ejemplo el caso de Greg Gutfield, cáustico comentarista de la Fox que, sin duda harto de que acusen a esta cadena de televisión de promover la intolerancia, ha lanzado su propio órdago supertolerante: ha anunciado que piensa construir un bar gay abierto veinticuatro horas junto a la futura mezquita de la Zona Cero. Subraya que será un bar especialmente sensible a las necesidades de los homosexuales musulmanes, a los que ofrecerá una planta entera donde no se servirá nada de alcohol. Gutfield asegura que lo suyo no es una broma, que va muy en serio y que ya ha empezado a buscar inversores.