El estadio Luis II de Mónaco ya está preparado para la cumbre entre dos estudiosos y metódicos entrenadores. El fútbol, los estilos, las tácticas, las estrategias, la pizarra, el derroche físico... todo ello lo debaten el viernes Rafa Benítez y Quique Sánchez Flores en la final de la Supercopa de Europa. El bagaje y la experiencia del primero es mucho más rico; de hecho, entre los títulos que se cifran en su palmarés ya cuenta con este trofeo, que enfrenta al campeón de la Champions y de la Liga de Europa. Sin embargo, el segundo, para quien Benítez es un referente, va dando pasos para tomar posiciones entre los mejores.
A ambos les gusta ganar y saben lo que es conquistar títulos como entrenador. Para ello basan sus planteamientos en el trabajo incansable y la disciplina. En el libro de estilo de uno y otro preside la idea de que el técnico prepara a los jugadores, les da las mejores indicaciones que contempla para cada partido, les presenta las mejores armas para derrotar al rival, pero al final son los futbolistas los que salen al césped y resuelven ese trabajo con resultados, culminando con éxito el esfuerzo. En resumen, priorizar la figura de los futbolistas.
Los especialistas en esto del fútbol colocaron ya hace más de un lustro a Rafael Benítez (Madrid, 16/4/1960) como el referente entre la nueva hornada de técnicos españoles. El estudio total de todas y cada una de las circunstancias que rodean a un partido antes, durante y después del mismo son la clave de la hoja de ruta del técnico del Inter de Milán. Trabajador meticuloso. Amante de la profesionalidad de todas las estructuras de un club de fútbol. El objetivo de su trabajo busca el equilibrio perfecto entre todas las líneas; entre el sistema defensivo y el de ataque. Hay quien interpreta esto como una oda al fútbol defensivo. Nada más lejos de la realidad. Los equipos de sus dos etapas anteriores, Valencia y Liverpool, fueron clubes de los menos goleados y de los más goleadores.
El sábado lo demostró con el 3-1 que le endosó a la Roma en la final de la Supercopa de Italia, con remontada incluida.
Quique y la nueva escuela
En esa nueva hornada se inscriben muchos otros entrenadores nacionales que bien beben de los planteamientos de Benítez directamente, o bien abren su libreta para escribir notas propias y darle personalidad a su trabajo. Quique Sánchez Flores (Madrid, 5/2/1965) pertenece a esa nueva escuela y se inscribe en el segundo grupo. El preparador del Atlético de Madrid huye de la improvisación, pero no cierra la puerta a la intuición. Dentro de su método también abraza la disciplina y la pizarra hasta las últimas consecuencias.
En Mónaco habrá muchos argumentos en común entre dos entrenadores que ya cruzaron sus caminos en las semifinales de la pasada edición de la Liga de Europa. Al final el partido se fue por el camino que más temen los entrenadores: los detalles que el fútbol presenta sin llamar a la puerta. A la postre, Quique ganó con el Atlético la Europa League.
Por su parte, Rafa Benítez, después de seis temporadas en el Liverpool —allí ganó una Champions, una Supercopa de Europa, la Copa de Inglaterra, la Community Shield, además de ser subcampeón de la Premier— unió su carrera al Inter de Milán, que ganó la última Champions.
Su parada en Valencia
Benítez se ganó un lugar entre los mejores tras su paso por el Valencia. Allí ganó dos Ligas, una Copa de la UEFA y lanzó al equipo hacia la Supercopa europea de 2004. Perfeccionó los cimientos que pusieron Ranieri y Cúper, y firmó la época dorada «che».
Quique recogió el testigo del Valencia tras la segunda etapa de Ranieri. Revitalizó al equipo y lo clasificó de nuevo para Champions. Algo parecido a lo que ha hecho en el Atlético.






