A la búsqueda del cine perfecto, redondo, José Luis Guerín encuentra a veces al pez que se muerde la cola. Con su anterior película, «En la ciudad de Silvia», Guerín ha viajado por medio mundo, de festival en festival, y mientras lo ha hecho ha ido recogiendo imágenes de aquí y allá, testimonios de éste y de aquel, e impresiones de cuantos se pusieron delante de su pequeña y manejable cámara.
Con todo ello, bien urdido y (re)tratado, ha hecho ahora «Guest (Invitado)», un largometraje que hoy se ha presentado en el Festival de Venecia, y que luego viajará a Toronto, San Sebastián y probablemente a la otra mitad del mundo, con lo que, mientras viaja con «Guest» podrá hacer un nuevo largometraje que no se titulará «Guest 2», porque Guerín es un cineasta irrepetible.
Cine redondo. «Guest» empieza en la Mostra de Venecia de hace un par de años, con los operarios retirando paneles, alfombras y restos de león, y ha terminado, dicho sea en el sentido de obra acabada, estrenándose aquí, en la Mostra, en la sección Horizontes, que es, en cierto modo, donde tiene puesta siempre su mirada de cineasta José Luis Guerín.
«Guest» es un elogio de la encuesta, la opinión
Guerín ha decidido que su película durara solo 133 minutos, pero porque es humilde, porque «Guest» hubiera podido durar un día o dos, o al menos lo mismo que las del propio Mekas.