El encuentro frente al Osasuna dejó una extraña estampa. Un sector de la afición protestó el juego del equipo y señaló en la parcela individual a Cristiano Ronaldo. El portugués no perdió su empaque en la zona mixta, pero torció el gesto. «Yo no he escuchado pitos», respondió el luso. Su reflexión tomó una mayor dimensión cuando compareció el lunes ante los medios de comunicación. «En lugar de pitar el público debe aplaudir y ayudar», sentenció. Generó debate su mensaje. Y la respuesta del respetable del Santiago Bernabéu.
IGNACIO GIL
Cristiano Ronaldo, abatido en el partido
Pelillos a la mar. No hubo tal confrontación. Al contrario. La comunión entre el nuevo «7» y los que pagan es total. Respaldo absoluto para CR. Sin tapujos y con calor paternal. Y tuvo motivos para protestar alguna de sus decisiones. De los buenos no se puede dudar, pero es cierto que no está pasando un buen momento. Se lo ve atropellado. Más acelerado de la cuenta. Excesivamente individualista y con un concepto de juego colectivo que roza la deficiencia. «Porque no meta goles no lo voy a cambiar. Confío en él», señaló Mourinho. A lo mejor su papel ya no es tan importante en una película con muchos actores principales y pocas estrellas en relación con el pasado.
No es muy común que falle tanto y esté tan desesperado. Ante los holandeses pudo marcar un manojo de goles y se fue echando pestes del césped, jurando en arameo y con la mala uva del chaval que le quitaron la piruleta. Falló un tanto a puerta vacía que corrobora su actual estado de desesperación. Incluso puede tener envidia sana de Ozil o de Higuaín, dos de los destacados en este nuevo Real Madrid. El alemán ha crecido como la espuma y fue despedido con una sonora ovación.
Pese a la falta de puntería, el público no fue reconcoroso y no se acordó del último partido y dio calor en todo momento a su estrella CR.






