Valencia
1
Atlético
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Adúriz y Alba celebran el gol
Nadie se quedó sin puntos. El empuje y la garra del Valencia en la segunda mitad tuvo parte del premio. Y la táctica y el orden del Atlético del primer acto tuvo su recompensa. Empate en Mestalla que dejó un sabor agridulce a unos y otros. Ambos equipos han comenzado en una forma envidiable la temporada. Golpeado fuerte. Apostando con todo para presentar sus respectivas candidaturas. Por eso el empate les pudo saber a poco. Sin embargo, el reparto se puede considerar justo. El partido no sólo estuvo sujeto a la pizarra de Quique, y las oleadas y la valentía de Emery en el segundo acto. Era noche de porteros. El veterano César, de 39 años, frente al joven De Gea, de 19. Tuvo menos trabajo el arquero valencianista y poco pudo hacer en el gol de Forlán. Sin embargo, De Gea volvió a firmar una actuación brillante. El portero del Atlético tampoco pudo hacer mucho ante el remate inapelable de Aduriz, pero la sombra del joven meta sigue alargándose. Y no tiene techo.
Otro protagonista fue Quique. El preparador conocía a la perfección Mestalla. Se crío en el estadio valenciano como jugador. También creció como entrenador y probó lo bueno y lo malo. Por orden, probó las maduras y las duras. El técnico del Atlético también conoce a la perfección a parte de los jugadores «che». A los que no, los llevaba aprendidos ayer. Igualmente tenía estudiado el repertorio de Unai Emery y lo que da de sí este Valencia. Con la pizarra. Con el detalle sabido al dedillo. Con disciplina, el orden táctico, la presión a la salida del balón valencianista y un contragolpe iniciado y finalizado por Forlán se fue al descanso con el resultado a favor.
No ofreció mucho más el conjunto rojiblanco en ataque en el primer acto. Si bien la sangre caliente de Diego Costa se dejó notar. Tuvo sus más y sus menos con Miguel y César. Sin embargo, los atléticos tampoco tuvieron grandes problemas porque el Valencia —estudiado desde la grada por el manager del Manchester United, Alex Ferguson, próximo rival de Champions— careció de la claridad y la precisión del arranque liguero. Las buenas intenciones valencianas se perdían en el entramado confeccionado en el laboratorio de Sánchez Flores.
Metros atrás
El Valencia salió a contrarrestar la presión en el segundo acto. Tiró un poco atrás el cuadro madrileño y eso abrió vías para llegar con mayor soltura, que no claridad, a los blanquinegros. Atosigaron con frecuencia la meta de De Gea, que de nuevo estuvo sublime en su actuación. El joven guardameta sostuvo a los suyos ante las continuas llegadas de los de Emery, a quien le cambió el gesto. Veía el asunto mucho mejor que en la primera mitad.
El empuje valenciano tuvo premio a siete minutos para el final. Centro por banda derecha de Pablo y Aduriz cabeceo dentro. Esta vez De Gea no pudo hacer nada. El tramo final fue eléctrico y de una tensión futbolística notable. Opciones para unos y otros. Sobre todo para los locales que se enchufaron, pero no llegaron a culminar la remontada. Al final, el reparto de puntos en Mestalla permitió al Valencia mantenerse en el liderato junto al Real Madrid con diez puntos. El Atlético sigue con su candidatura firme.






