No debe de ser casualidad que esta semana se estrene la película «Enterrado». Tras la muerte de dos inmortales como Arthur Penn y Tony Curtis, que han vuelto a poner a prueba los mecanismos de la prisa, en las redacciones de los periódicos nunca falta algún agorero que apunta que los grandes mitos siempre caen de tres en tres (y cuando no es así, ¿quién se acuerda?).
ABC
Kirk Douglas
EFE
Zsa Zsa Gabor, en una imagen de archivo
REUTERS
Lauren Bacall
ABC
Elizabeth Taylor
El segundo ejercicio macabro del periodismo es tratar de adivinar cuál será el siguiente (incluso existen páginas web en las que se puede apostar por una lista completa de futuros cadáveres; quien acaba antes su bingo mortuorio se embolsa una bonita cantidad de dinero… si sigue vivo). El mal gusto está instalado en el ADN del periodista, que vive de estos sucesos inaplazables en una venganza póstuma de quienes ya solo pueden ocupar las páginas de los periódicos con su último mutis.
Para no empeorar la falta de tacto, nos saltaremos por respeto a los grandes del cine español y nos concentraremos en el «mundo viejuno» del cine americano, con un mínimo de 85 primaveras. Como decía Groucho Marx en sus últimos años cuando no era tratado como merecía: «Oiga joven, tenga en cuenta que yo un día fui Groucho Marx». Vaya por delante el mayor de los respetos hacia estos artistas que tantos días nos hicieron felices:
Kirk Douglas:
El 9 de diciembre cumplirá 94 años. Ha vivido tantos años que, como dice el chiste, los españoles todavía le llamamos «Duglas» mientras a su hijo Michael le decimos "Daglas". En 1991 sobrevivió a un accidente en helicóptero en el que murieron dos personas y en 1994 sufrió una trombosis que le provocó serios problemas psicomotores. Para nosotros siempre será Espartaco y el loco del pelo rojo.
Zsa Zsa Gabor:
También tiene 93 años. La actriz de origen húngaro nunca fue de las más grandes, pero su adicción al matrimonio y los últimos partes óseos le han servido para no pasar nunca demasiado tiempo alejada de los titulares. Su penúltima voluntad parece ser que el doctor Muerte la «plastinice».
Lauren Bacall:
Acaba de cumplir 86 años y la Academia de Hollywood le concedió un Oscar honorífico el año pasado, lo que siempre es mala señal. Sus parejas se murieron en los cincuenta (Bogart) y en los sesenta (Jason Robards). Le ha dado tiempo a vivir varias vidas y a glosar al menos dos en sendas autobiografías.
Elizabeth Taylor:
Es la benjamina del grupo, con solo 78 años y esperemos que varias décadas por delante, pero es una de las últimas representantes de la época dorada de Hollywood y otra «bodalcoholic», dispuesta a casarse una o dos veces por década.
George Kennedy: 85 años. Ganó el Oscar al obligar a Paul Newman a comerse 50 huevos duros.
Christopher Lee: 88 años. Se confirma que es un vampiro.
Jane Russell: 89 años. Los caballeros las preferían rubias. La muerte también.
Mickey Rooney: Acaba de cumplir 90, pero sigue siendo un niño.
Maureen O'Hara: 90 años. Ex niña prodigio. La favorita de John Ford.
Eli Wallach: 94 años. En activo. Ni el método pudo con él.
Olivia de Havilland: 94 años. Dos Oscar a sus espaldas. Y sin ser guapa.
Sidney Lumet: No solo de actores vive el firmamento. Lumet es un director incombustible, con más de 40 películas en sus 86 años de vida.
Joan Fontaine: Hermana de Olivia de Havilland e «inventora» de la rebeca, demuestra a los 93 años que los genes de la familia son de acero.
Y como suele decirse, no están todos los que son… pero los ausentes incluso agradecerán el olvido, por una vez.
