Siempre he oído aquello de si Sevilla tuviese playa... Pues si fuese así, supongo que nos tendríamos aun más vistos, porque esos dos meses en los que se van cayendo del cartel miembros de la ruta del canapé nos sirven para tener algo que contarnos a la vuelta. Les prometo que hay gente de las que dudo cenen más de dos veces en casa a la semana. Presentación, inauguración o aniversario, cualquier excusa es buena para echarse a la calle y posar para los gráficos de turno. El caso es que lo más parecido a comer viendo el mar es hacerlo, por ejemplo, en el Muelle de las Delicias y para muestra el nuevo Restaurante Nantara. Un delicioso barco de tierra que gallardea al río con una fantástica terraza con mil posibilidades. La otra noche tuve la ocasión de asitir a la inauguración y qué maravilla, no sólo por el exquisito jamón y helado Tío Pepe con el que engrasé mi cámara, sino por
lo agradable que se estaba con el Guadalquivir como callado testigo. Los capitanes del barco, Julio de la Hera y José María Clavijo, nos llevarán a través de su buena mesa a un delicioso puerto.
