Coincidiendo con la cumbre de la biodiversidad de Nagoya, Japón, la revista «Science» ha lanzado el mayor análisis global hasta la fecha sobre las perspectivas de las distintas especies del planeta. El estudio, en el que han participado 174 investigadores de 38 países, concluye que cada año unas 52 nuevas especies bordean la extinción. Los esfuerzos de conservación realizados hasta ahora no invierten la tendencia pero sí la mantienen a raya. Los científicos hacen un dramático llamamiento a que la crisis no deje su lucha sin fondos.
El estudio analiza datos de más de 25.000 especies de vertebrados y concluye que una quinta parte están amenazadas. Una media de 52 tipos de mamíferos, aves y anfibios entran en peligro cada año, siendo los anfibios los que se encuentran en una situación más frágil. Los investigadores creen que gracias a los esfuerzos hechos hasta la fecha el declive de las especies se ha frenado en un 18 por ciento, un porcentaje que «supone una importante diferencia», según declaró en teleconferencia internacional Ana Rodrigues, del Centro de Ecología Funcional de Montpellier.
«Es como la lucha de la ONU por erradicar el hambre y la pobreza en el mundo, hasta ahora nunca se ha conseguido del todo, pero si se consigue salvar a millones de personas, eso supone una importante diferencia», redondeó su explicación Rodrigues. El nada oculto mensaje de los autores del estudio es que su cruzada no es inútil y los gobiernos deben movilizarse más a favor de la biodiversidad.
El ser humano, primer enemigo
En la teleconferencia se habló del daño neto de la pérdida total de una especie pero también del daño sutil de cuando una especie sobrevive pero queda genéticamente dañada por la polución o por la agricultura. La acción humana sigue siendo el enemigo número uno de la biodiversidad, más que las especies invasivas, una de las amenazas contra las que los trabajos de los científicos están teniendo más éxito.
En un esfuerzo por traducir a cifras sus desvelos, los investigadores cifraron el valor de la biodiversidad en peligro en 33 billones de dólares, diez veces el PIB del Reino Unido. La merma anual del patrimonio afecta a toda la Humanidad.