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Ya hay castigo para los graves desmanes protagonizados por Ivan Bogdanov y su ejército de ultras serbios durante los apenas seis minutos que se pudieron jugar del partido que su selección disputaba el pasado 12 de octubre en Génova (Italia). Correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa 2012, el árbitro se vio obligado a suspender el encuentro ante los incidentes registrados en las gradas, donde alrededor de 1.300 radicales desplazados desde Serbia se enfrentaron a la Policía y arrojaron bengalas y objetos al césped. Unos disturbios que provocaron la detención de 17 hinchas. El Comité de Control y Disciplina de la UEFA, reunido ayer, no ha tenido piedad y ha declarado a la selección italiana ganadora del partido por 3-0. Además, ha castigado a la Federación Serbia a jugar un partido oficial a puerta cerrada y otro más si se repiten actos violentos en los próximos dos años. Por si fuera poco, 120.000 euros de multa.
Castigo económico, en este caso de 100.000 euros, también para la Federación italiana. Pero las deficiencias registradas en el operativo de seguridad le pueden salir aún mucho más caras porque también ha sido sancionada con un partido a puerta cerrada de aplicación en suspenso y bajo vigilancia de lo que pueda suceder en los dos próximos años.
Tras conocer la decisión de la UEFA, Tomislav Karadzic, presidente de la Federación de Fútbol de Serbia (FSS), se apresuró a anunciar que recurrirá la decisión de dar por ganado el partido a los italianos.
