No es lo mismo ser un superviviente en un sentido metafórico y artístico –o cómo aguantar contra viento, marea y arrugas- que serlo en un sentido dolorosamente literal, y cualquiera que conozca la historia reciente de Edwyn Collins sabe que el espigado escocés pertenece a la segunda categoría.

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Edwyn Collins
Para quienes sigan creyendo que Collins es poco más que el autor de la inolvidable «A Girl Like You», he aquí un par de apuntes: Edwyn Collins formó Orange Juice a finales de los setenta, firmó algunos de los más gozosos himnos de punk amanerado y negroide y, tras disolver la banda a mediados de los ochenta, emprendió una carrera en solitario en la que no hay disco malo.
Pop, soul y punk directo y en gozosa armonía secundado por las voces y los brazos de Alex Kapranos
Resetear
Y esa misma sensación de incredulidad ojiplática es la que se le queda a uno en cuanto empieza a sonar «Losing Sleep». Nuestro héroe, acaso el último gran caballero que le queda al pop británico, aún cojea y se expresa con dificultad, pero nada de eso se percibe en un trabajo que contiene como mínimo dos de las canciones más joviales y vitales que ha firmado en los últimos años: la titular, en la que suena rabioso y enérgico; y la impecable «Come Tomorrow, Come Today», quizá lo más cerca que ha estado Collins de Orange Juice en mucho tiempo.
Asegura Collins que, después de que su cerebro fuese reseteado, lo más sensato era hacer un álbum sin demasiadas florituras: pop, soul y punk directo y en gozosa armonía secundado por las voces y los brazos de Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Ryna Jarman (The Cribs), Romeo Stodart (The MAgic Numbers), The Drums, Jonnhy Marr (The Smiths) y, cómo no, Roddy Frame. Y eso es precisamente lo que esconde este disco tan prodigioso como la propia recuperación de Collins y en el que, puestos a escoger, nada mejor que quedarse un estribillo, el de «Do It Again», en el que se oye «puedo hacerlo de nuevo, puedo hacer lo que sea». Y nosotros que nos alegramos, Edwyn.