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Su cine es grande porque no tiene ni un ápice de afectación
Día 13/11/2010 - 15.08h
En estos casos, uno cae siempre en la rutina, pero esta vez me gustaría decir algo especial. Primero, tendría que tener un recuerdo para Azcona. Para mí han sido inseparables. Es una confluencia de genio y siempre han estado, diría retóricamente, en la cima del cine español. Eran el máximo exponente, más allá del sentido crítico en un contexto determinado. En sus películas había obras maestras y, además, ninguna era mala. Dos o tres obras quedan para la historia del cine.
Hay otro aspecto destacable en Berlanga: su enorme generosidad para con el cine español. Lo he visto en festivales defender la película española, remangarse y pegar puñetazos en la mesa. Personalmente, me sacó un premio para «Epílogo» (porque los premios se sacan) ante la reticencia del jurado, en Río de Janeiro. El festival se había llevado a todo el jurado a ver un partido de fútbol. Berlanga los levantó del partido para que fueran a ver mi película. Era un hombre que se daba muy generosamente a los demás.
Se me amontonan los recuerdos agradables, coincidencias, otro encuentro en París… Es muy triste. Tiran a dar y de cerca. Tampoco llevo estadísticas, pero pienso resistirme escribiendo y rodando. Me gustaría poder verlo rodar a él también, pero ha dejado una obra, un regalo para la memoria.
Es difícil destacar títulos concretos, porque considero que quitar obras, incluso inferiores, es como quitar un paso y que se desmorone todo. Me encantan desde «Novio a la vista», «Calabuch». Son películas menores, si se quiere, pero entrañables. «El verdugo» es quizá la obra cumbre. Pero no quiero establecer un escalafón.
Su cine es grande porque no tiene ni un ápice de afectación. Es un tipo muy serio a la hora de no hacer concesiones. Nunca es trivial. Es un cine que resiste el tiempo porque está hecho seriamente, de verdad. No hay veleidades. Prevalece la profundidad sin esfuerzo. Se reconoce al autor sin que sus señas de identidad sean exageradas. Luego, es un hombre que ha sabido navegar en el contexto. El suyo es un naturalismo nada descriptivo, implícito. Prevalece el talento y eso es un intangible sobre las historias que cuenta.
Lo siento mucho.






