Fuera de los muros protectores de Hogwarts, que ya ni siquiera aparece en pantalla, y sin manto mágico que le haga invisible, Harry Potter se ve arrastrado hacia la gran batalla final contra Voldemort para la que se ha estado preparando durante tanto tiempo. La primera entrega de «Harry Potter y las reliquias de la Muerte», que en España se estrena mañana, deja a Harry, Hermione y Ron solos —sin profesores ni amigos— ante el poder del Lord Oscuro.
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Vídeo: Tráiler de «Harry Potter y las Reliquias de la Muerte»
«Por fin podremos dejar atrás algo que desde luego nos ha abierto puertas, pero ahora ya nos marcaba mucho», han dicho los actores. Tras diez años —la mitad de su vida— rodando las entregas de la serie, Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grant han acogido con ganas el carpetazo final. Han acabado ya de rodar la segunda parte del séptimo y final libro de J. K. Rowling, que será estrenada antes del verano.
«Harry Potter y las reliquias de la Muerte (I)» aprovecha que sus protagonistas ya no son niños para plantear algo más maduro. Esta vez aparecen heridas sangrantes y la muerte es más real porque la acción ya no pasa en un entorno mágico sino básicamente en el mundo Muggle de los mortales. Pero lo que define el filme es la relación emocional entre los tres actores: cómo la fe en el amigo es sometida a prueba. Abundan los primeros planos y se extienden las conversaciones, ralentizando la acción y haciendo poco atractiva la zona media del metraje, comenzado y concluido, eso sí, con espectaculares efectos digitales.
El arranque es precisamente lo que más le gustó rodar a Radcliffe. «La escena en la que los amigos de Harry adquieren la apariencia de Harry mismo fue la más divertida y a la vez la más compleja, porque para que se vean siete Harrys distintos moviéndose simultáneamente hicieron falta 95 tomas», cuenta el joven, de 21 años. Piensa que echará de menos a Harry: «Es triste tener que despedirse de él, pero lo llevaré bien». Ya ha hecho otros papeles en teatro y televisión, por lo que considera que puede sobrevivir más allá de lo que hasta ahora ha sido su «alter ego».
David Yates ha dirigido los tres últimos títulos. Justifica el haber dividido el séptimo libro en dos entregas: «Lo último que quería hacerle a Harry Potter era eliminar cosas que eran esenciales para el desarrollo del final. No hubo una razón comercial, ni el estudio nos animó a hacer dos filmes».Sobre el hecho de que la película sea más opresiva en su trama, algo que se intenta descargar con grandes panorámicas de paisajes abiertos, sobre todo de Inglaterra y Gales, Yates niega que no sea apta para niños. «El público de Harry Potter también ha ido creciendo, pero incluso a quienes ahora se incorporen a la saga el tono sigue siendo adecuado, no hay que ser tan paternalista».
¿Y si la autora de Harry Potter decide finalmente publicar más libros de Harry Potter, como ha insinuado? «No creo que se dé un Harry Potter de 25 años, y en todo caso las películas no las haré yo», responde el productor David Hayman.
