España y Portugal han quedado solas bajo el aguacero, tras el refugio de Irlanda bajo el paraguas del rescate europeo, y como acaba de verse el ministerio de Hacienda en Madrid tiene ya dificultades para colocar sus bonos a tres y seis meses; y ello, pese a la masiva reducción del endeudamiento, y siempre bajo la exigencia de los mercados de intereses cada vez más altos, resume el Financial Times Deutschland: "Los inversores retiran la confianza a España".
El Frankfurter Allgemeine se pregunta si España es ya el próximo destino del huracán financiero, "después de Irlanda, esta cuestión se ha hecho candente". Pero Michael Psotta, que ya en primavera anticipó varios análisis negativos sobre España, aclara de entrada: "Pese a todo las cargas, España es difícilmente comparable con ningún otro país con problemas" y no debería "ser encasillado en el mismo cajón" que Grecia, Irlanda o Portugal.
También el Financial Times Deutschland insiste en la diferenciación: "España es económicamente sólida, pero tiene un problema: según cálculos de los analistas de Creditsights, este año necesita recabar en los mercados financieros 10.000 millones de euros". Pero Wall Street Online recuerda que se diga lo que se diga "la bolsa tiene su propia interpretación" y se pregunta "¿porqué ha caído entonces el Ibex un 7%?" Y advierte: pueden no ser "sólo los especuladores". Varios servicios de análisis apuntan ya abiertamente a los efectos del contagio sobre España y la posibilidad de "un rescate en 2011", aunque por medios bilaterales dada la incapacidad de asunción del Fondo Europeo de Estabilización Financiera.
Se destaca que es necesaria una intervención de la UE «para detener el contagio»
Les Echos en Francia recoge la frase de la vicepresidenta Salgado de que "un abismo nos separa de Irlanda", no sin añadir que ello no impediría que la economía española se despeñase en ese mismo abismo: "La inquietud de los mercados se focaliza en España". Laurent Faibis, presidente del Institut d'Études Économiques Xerfi, cree que España e Italia se acercan "al infierno" pero, a diferencia de 1992, en el euro "nada permite a las economías más frágiles recobrar rápidamente su equilibro y competitividad" y "tampoco Alemania puede revaluar su moneda... lo que para ella es fantástico".
Durante el debate presupuestario para 2011, la canciller federal ha vuelto sobre la necesidad de que también bancos e inversores, "que tanto dinero ganaron con intereses y bonos del estado", contribuyan al coste del futuro mecanismo, para afrontar nuevas crisis en la zona del euro, que en 2013 debe sustituir al presente fondo europeo de rescate de 750.000 millones de euros. Pese a la volátil situación y la disparidad en la UE, Merkel ha invocado "la cuestión de la primacía de la política y los límites de los mercados" para exigir una actuación.







