Una de los locales de La Panza es Primero en Madrid. Javier S. Castro
Reventón: dícese de la fiesta mexicana en la que se baila mucho, se bebe también bastante y, en definitiva, va uno a pasárselo en grande hasta que el cuerpo aguante... Este nuevo concepto de ocio desembarca en la noche madrileña de la mano de Jorge Marín «Greñas», que ha querido tirar la casa por la ventana para celebrar los 10 años de vida desde que el primer local de La Panza es Primero abrió sus puertas en la capital.
Macrofiesta una década de La Panza es Primero.
Lugar: Florida Park. Parque del Retiro, s/n. Fecha: Viernes, 10. Hora: 20.30. Precio: 25 euros, en restaurantes del grupo La Panza es Primero (www.lapanzaesprimero.es) y en Florida Park.
Para un aniversario tan redondo como la tripa símbolo de su negocio, «Greñas» se ha rodeado de amigos como el tequilero Ariel Rot, el rockero mexicano Jaime López (letrista para grupos como Café Tacuba), la banda norteña Los Compadres y el Dj Sonidero Desmadre, que promete un auténtico «guacamole de ritmos» a los platos en una noche que se presenta «padrísima». El escenario también acompaña: la muy «kitsch» discoteca Florida Park, en la que habrá picoteo, rifas y sorpresas de todo tipo entre las que, a buen seguro, habrá alguna relacionada con la lucha libre mexicana, espectáculo por el que «Greñas» y el resto de su equipo sienten auténtica pasión.
Luchadores míticos como Santo enmascarado de plata o Blue Demon forman parte ya de la iconografía clásica que La Panza es Primero incorpora en los siete locales que tiene repartidos por Madrid.
La filosofía de sus cantinas es la de ser lugares de encuentro para amigos en los que la conversación y el buen ambiente fluyan arropados por un servicio simpático y cercano. Además de sus «chelas» (cervezas), tequilas y cócteles, los clientes panzones disfrutan también de una selección de «botanas» (platillos para picar) con los que tapar el agujero del estómago al principio de la noche, entre los que destacan el pollo cabreado o la enchilada roja. Para que nadie pueda decir que el chupito de tequila le ha sentado mal.
La Panza es Primero es una de las más conocidas cantinas de la Villa y Corte, pero no es la única. Actualmente, proliferan los locales que traen un pedacito del auténtico México hasta nuestra ciudad.
La Catrina
Corredera de San Pablo, 13.
Lo primero que sorprende de este establecimiento es el altar que tienen en su escaparate. Iconos consagrados a la muerte, tan presente siempre en la cultura mexicana, conviven con figurillas entresacadas de la cultura pop.
Una vez dentro, se puede optar por beber en la barra o en las mesas del fondo, siempre con un acompañamiento musical retro, ya se trate de rock o música mexicana. Los margaritas y las cervezas autóctonas, como la Pacífico o la Negra Modelo, están entre lo más destacado de este colorido local, que también ofrece la posibilidad de picar algo.
La Botica de la Condesa
Palma, 2.
Se trata de la primera mezcalería inaugurada en Europa y hace honor a su nombre. En su carta conviven más de treinta variedades de este licor, todas ellas hechas de manera artesanal en cooperativas procedentes del país azteca. Para mitigar los efectos de esta bebida de alta graduación alcohólica, se ofrece una sencilla carta de platos mexicanos. Y, para los que no se atrevan ni siquiera con comida de por medio, solamente queda recordarles el refrán que dice que «para todo mal... mezcal, y para todo bien... también».
La Chingada
Jardines, 14.
El ambiente bohemio de la Sala Sol contagia a este acogedor bar que se sitúa enfrente de la mítica sala de conciertos madrileña. Probablemente, la cantina más canalla de la capital, ofrece una amplia variedad de tragos: cervezas, margaritas... que se pueden acompañar con una ración de nachos con guacamole. Como no todo en la vida es beber, aquí se organizan también otra serie de actividades como exposiciones de fotos o sesiones de poesía aunque, realmente, el apogeo no llega hasta que comienzan las sesiones de dj.
