Un mes y medio después del regalo público, de un fallo adolescente en el templo de la sofisticación y de un título mundial que Ferrari tenía en la mano de Fernando Alonso, ningún árbol ha perdido sus ramas en la casa del «cavallino rampante». A nadie se le hinchó la vena con destituciones y despidos por el estropicio de Abu Dhabi. No hay revolución en Ferrari. Ni la habrá.
«Somos italianos y calientes, pero somos un equipo. Ganamos y perdemos juntos», dijo en el fastuoso emirato del golfo Pérsico Luca di Montezemolo, el hombre que toma las decisiones en Ferrari. El pelotón de fusilamiento, encarnado en la Prensa española y la italiana, apuntó directamente a dos ejecutivos y un ingeniero de la escudería de Maranello, Stéfano Domenicali, Chris Dyer y Andrea Stella. Ninguno ha perdido su trabajo. Para lo bueno y lo malo, la Fórmula 1 no es el fútbol.
El clamor al calor de la decepción señaló a Domenicali. «Permanezcamos en calma», comentó el primer directivo de Ferrari. Y después a Chris Dyer, el ingeniero jefe del equipo, el teórico estratega y responsable del fiasco (Alonso entró a cambiar ruedas en la vuelta 15, siguiendo la estela de Webber, y perdió cuatro puestos en la maniobra).
El australiano Dyer fue el ingeniero de pista de Michael Schumacher en su era dorada de títulos con Todt y Brawn. Siguió luego con Raikkonen y escaló a ingeniero jefe en 2009. Al frente de la táctica ferrarista durante 2010 no se ha lucido precisamente. Cada vez que ha llovido o han cambiado las condiciones de la pista, han crecido los riesgos para Alonso y Massa.
Fuego sobre Dyer
En la hornacina del secretismo que es la Fórmula 1, nada se sabe sobre el futuro de Dyer, el único puesto que parecía en peligro dentro del staff de Ferrari. Pasadas las semanas, nadie pone en cuestión a Stéfano Domenicali. Y si las palabras de Montezemolo se adaptan a la realidad, en Ferrari casi no habrá cambios en la próxima temporada.
«No vamos a repetir los errores del pasado. Habrá algunos cambios de trabajo y ajustes, pero nada espectacular, sólo el proceso normal de la gente buena de la segunda fila hacia delante», aseguró el empresario, al que mucha gente ve en Italia como sucesor de Berlusconi al frente del Gobierno.
En ese proceso de ajuste, el ingeniero inglés Pat Fry aparece como posible responsable de la estrategia. Fry fue fichado por Ferrari el pasado verano como director técnico adjunto procedente de McLaren, donde había trabajado durante dieciocho años. Será lo máximo que suceda: un cambio en el muro de las decisiones que, en Abu Dhabi, fue el muro de las lamentaciones.







