La felicidad que provocó en el madridismo el regreso de Kaká a una convocatoria después de meses de larga espera no resultó plena. La euforia desatada por la vuelta de la estrella brasileña a los terrenos de juego contrastó con el «mazazo» que supuso para los aficionados la noticia de que Jose Mourinho no podrá contar para lo que resta de temporada con Gonzalo Higuaín. Fue el propio técnico portugués el que lo confirmó ayer en rueda de prensa las preocupantes informaciones llegadas desde Argentina. «Tendrá que pasar por el quirófano, sin ningún tipo de dudas», afirmó con serenidad.
El goleador, que ha anotado siete tantos en los doce partidos de Liga que ha disputado, no ha respondido al tratamiento conservador al que ha sido sometido por la hernia discal que sufre y tendrá que ser operado, por lo que no podrá jugar hasta la próxima temporada. Pero Mourinho se lo esperaba y no le pilló de sorpresa cuando fue informado de ello. «Desde hace más de un mes, el departamento médico del Real Madrid y el entrenador tienen por seguro que Higuaín se tiene que operar. Sin ningún tipo de duda. Después ha llegado algún iluminado que ha hablado de la posibilidad de recuperación sin cirugía», reprochó el entrenador. Aunque no quiso dar el nombre de ese «ilumnado», lamentó que el club haya perdido un mes por fiarse de un consejo externo. A pesar de sus declaraciones, el portugués no quiso sembrar dudas al asegurar que no se refería a nadie de dentro del club blanco, que permitió que el jugador viajara a Barcelona para que fuera examinado por el doctor Cáceres para seguir un tratamiento que le permitiera evitar el quirófano.
Fiel a su estilo, no quiso caer en lamentaciones y comenzó a adaptarse desde el primer minuto a la nueva situación: «Ahora debemos construir un equipo sin Higuaín». Un reto —subrayó— para él y para sus jugadores, «que tendrán que adaptarse a posiciones nuevas, con otro sistema» cuando no esté sobre el césped su único delantero centro con el que cuenta, Karim Benzema.
No habrá salida
Al mal tiempo, buena cara. Mourinho tampoco pidió fichajes al club para cubrir la ausencia de Higuaín, que la pasada temporada firmó su campaña más goleadora en la Liga con 27 tantos. A pesar de su tranquilidad, avisó que el francés «no puede jugar 30 partidos en cinco meses. No vamos a hablar nada más de fichajes. Hay que dar toda la confianza a los jugadores que están, no hablar mucho de la lesión y, como hicimos con Kaká, estar lo más cerca posible de Higuaín».
No reclamó refuerzos, pero descartó por completo la salida de jugadores en el mercado de invierno, cerrando así las puertas a la posible marcha de Mahamadou Diarra o el argentino Garay.
Respecto al partido de hoy, el luso consideró que el Getafe será un rival «muy difícil» que llega al compromiso en el Coliseum pleno de moral por sus últimos resultados. Además tuvo palabras de cariño para Míchel, «un técnico que siempre tendrá una puerta abierta» en la afición del Real Madrid por su trayectoria como jugador y entrenador del Castilla.
