Comparar por comparar, porque no había color ni antes, ni durante, ni después. Cristiano es de otro planeta y Benzema pertenece a éste, como esos alienígenas de una raza superior que vienen a invadir la tierra y tratan con intelectos muy inferiores. [Crónica del Real Madrid-Villarreal]
Cristiano, como tantas otras veces, fue medio Madrid mientras que Benzema fue, como tantas otras veces, medio Benzema. Un gran pase del francés, que dio lugar al primer gol de Cristiano y, luego, desaparecido en combate en una primera parte en la que el encuentro le vino grande y los centrales del Villarreal también. Pillado siempre de espaldas, el galo no dio continuidad al sistema de ataque de los madridistas.
Por su parte, Cristiano fue un alud. Respondió siempre al juego colectivo del Villarreal con internadas de todos los colores por la inmensidad del terreno ocupado por los amarillos. Creó peligro, marcó los tres goles y el Madrid vivió de él y de Ozil apareciendo por costados y zonas intermedias, contestando con colorido al arco iris que el equipo de Garrido había plantado en mitad del Bernabéu.
Mejor que Puskas
Cristiano, con 21 goles (si no se cuenta aquel discutido al Deportivo que pegó en Pepe) al meridiano de la primera mitad, se había plantado a un gol del récord del barcelonista César (22 tantos en la primera vuelta de una competición liguera, temporada 50-51), una marca al alcance de muy pocos que conseguiría en el segundo tiempo, dando además la asistencia para el cuarto, conseguido por Kaká. Además, con estos descomunales números supera a Ferenc Puskas ya que es el primer jugador de la historia del club en sumar semejante cifra de goles en 18 jornadas.
Benzema lo intentó, todo hay que decirlo. Presionó a los defensas hasta el medio campo para cumplir las órdenes de Mou, pero luego se quedó sin aire para definir las dos o tres ocasiones que tuvo, tapado por el excelente Diego López, que estuvo ahí siempre, retardando su infausto destino. Benzema acabó sustituido, con tan mala suerte que el que salió por él, Kaká, marcó apenas saltó al terreno de juego. Puede ser fatal para su destino.
