La supuesta irregularidad en la votación de los premios de la Academia del Cine Catalán se ha convertido en un escándalo gracias a una colección de correos electrónicos (lee aquí los textos) que han salido a la luz, que circulan masivamente en el sector cinematográfico. El posible cruce de mensajes entre la productora Kaplan y una larga lista de gente del cine catalán pondría de manifiesto las irregularidades que podrían haber marcado el proceso de votación.
EFE
Joel Joan, presidente de la Academia del cine catalán, junto al presidente de la Generalitat Artur Mas, en los premios Gaudí
Los correos de Kaplan están firmados por una mujer que responde a las siglas de A. P. La firmante asegura que no forma parte de la empresa desde el pasado septiembre. Eso mismo se puede deducir de sus correos: «De hecho, yo ya no trabajo para Kaplan; me he comprometido a seguir con esto hasta finales de la semana que viene, pero luego ya no haré nada de nada, y esto se quedará colgado», con fecha de 16 de octubre.
Currículos
El escándalo está servido. De confirmarse esta revelación, que la citada productora niega, se podría seguir la estrategia que envuelve la tercera edición de estos galardones. Frases tan evidentes como: «Cada uno de vosotros ha de conseguir que cinco personas se hagan académicas... los haremos académicos en octubre», «Os escribo para resumiros el plan relativo a los Gaudí» o «Siempre os escribo por lo mismo, por los Gaudí! S. quiere intentar hacerte académica este año, como ha aumentado tu currículum, seguro que te aceptan».
Por pedir que no quede. «Y en realidad te escribía para pedirte que llamaras a B. R. para pedirle que vote “El asesino” en los Oscar, pero ya te recordaré más adelante, porque la votación empieza el 27 de agosto, aún queda». La batalla del catalán también ocupa lugar. En este mismo correo se lee: «Y otra cosa, ¿podrías mandarme un cv que haga énfasis en tu experiencia en cine como director de arte o en el campo del arte? Si puede ser en catalán. Es para las subvenciones del ICIC (Instituto Catalán de las Industrias Culturales), porque te ponemos a t como directora de arte de casi todo». Precisamente el ICIC, que depende del Departamento de Cultura de la Generalitat, fue señalado por la Sindicatura de Cuentas por sus irregularidades en un informe hecho público el año pasado.
La ceremonia de los Premios Gaudí supuso el lunes por la noche la puesta de largo del nuevo consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, ex militante socialista incorporado al gobierno de CiU que, con su presencia, bendecía la Academia, presidida por el independentista Joel Joan, quien en 2007, en un acto político, hizo suya la frase del ex senador Lluís Maria Xirinacs y se refirió a ETA como «mis amigos».
El bufete Molins&Silva, que representa a Produciones Kaplan, envió ayer un comunicado en el que afirma que «es radicalmente falso que desde la compañía o por parte de alguna persona vinculada con ella se haya realizado acto alguno para tratar de influir en la votación de los citados premios o en las decisiones de sus miembros». Aseguran que esos correos «han sido confeccionados por persona desconocida que, además de acceder ilegalmente a los sistemas informáticos de la empresa y manipular diversos archivos, ha utilizado sin autorización alguna el nombre de la compañía, imputándole falsamente hechos muy graves y ocasionándole serios perjuicios en su buen nombre y prestigio». Kaplan ha encargado a este despacho —el mismo que defiende a los principales inculpados por el expolio del Palau de la Música— la presentación de la correspondiente denuncia.
Multas lingüísticas
Los letrados lamentan que el propio Joan haya admitido que los hechos «tienen apariencia verídica» y sus críticas a la Junta, que según el actor, le ha dejado en situación de total defensión. Ante esta situación, el miembro cofundador de la Academia, Salomón Shang, abandonará esta institución. El anterior gobierno tripartito concedió a finales del año pasado una subvención de 625.000 euros a la Academia para su plan de actuación durante el período 2010-2012. Esta institución dio pleno apoyo a la ley catalana del cine, que contempla multas de 75.000 euros por el incumplimiento de las cuotas de doblaje en catalán.
