La salida de Carine Roitfeld de «Vogue París» y el testigo recogido por su mano derecha, Emmanuelle Alt, se han convertido en capítulos propios de un culebrón. Se dijo que Roitfeld dejaba el mando de la revista por no cuidar a los anunciantes, también que su amistad con Tom Ford desdibujó los límites de la línea editorial (con un último número expresamente dedicado a él), que la sucesión en el cargo era una incógnita...
ABC
Gisele, en la portada de octubre de 2007 de «Vogue París».
Con semejante expectativa, Alt se estrena como directora. Dicen que seguirá el estilo «erotic-chic» de Roitfeld, pero con un carácter más comercial y menos personal que su antecesora. De ahí que todos los ojos del mundillo están sobre la primera portada que firme Alt, que saldrá en el número de abril.
La chica escogida es Gisele Bundchen, toda una declaración de intenciones. Se decía que la cabecera parisina comenzaría a seguir la estela de la estadounidense, donde Anna Wintour apuesta sin pudor por «celebrities» y no siempre por modelos, en la portada. El comienzo de Alt no puede ser más acertado en este sentido, ya que ha aunado las dos cosas: ha optado por la supermodelo más célebre del mundo.
La sesión de fotos fue hecha en la isla de Saint Barts las pasadas Navidades, a manos de Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matatin.
