Es más largo que un día sin pan el gachó. Emmanuel Adebayor tuvo que vigilar su cabeza cuando avanzó por todo el pasillo del avión. Es tan alto que no cabe. Las azafatas abrían la boca ante el temor de que se dejara medio occipital con los maleteros. Cuando se sentó, respiraron.
Si en su primer entrenamiento con Mourinho dialogó especialmente con Benzema y Lass, en el vuelo se sentó al lado de la estrella del club, Cristiano Ronaldo. Buena elección para inyectarse el madridismo triunfal desde el primer día.
El togolés y su técnico fueron la atracción principal para la entusiasta afición que les recibió en Pamplona. Nunca el Real Madrid habìa vivido un homenaje así en tierras de Osasuna. Trescientos incondicionales jalearon al equipo al grito de ¡Hala Madrid! y buscaron a Emmanuel y a Mourinho como los iconos de sus colores,
Los cánticos en favor del portugués atronaron mientras la Guardia Civil intentaba sujetar las vallas de separación para evitar la invasión del público sobre los jugadores, Una pancarta puso el tono histriónico de los sentimientos: "Mou más Zizou, 5; Valdano, 0". Un aficionado tiró un bufanda del Barcelona para salir en la foto. Acabó pisoteada po el tumulto. Era una noche blanca.
