El Banco Financiero y de Ahorros, entidad de nueva creación que nació el 1 de enero para agrupar el negocio financiero de Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja, anunció ayer que saldrá a bolsa para captar capital con la intención de alcanzar el 8% de «core capital» (capital más reservas) que exigirá el Gobierno en otoño. En la actualidad, su «core capital» es del 7,04% por lo que le faltaría un punto más.
Teniendo en cuenta que según su balance la entidad dispone de 14.091 millones de euros de recursos propios, esto supone que
cada punto de «core capital» representa 2.000 millones de euros adicionales que necesitará la compañía. Si el Gobierno se mantienen en esa exigencia del 8% esas serán las necesidades de captación de capital. Si, como dijo sin embargo Elena Salgado el pasado miércoles, algunas cajas no cotizadas necesitarían un ratio de capital propio incluso superior (de entre el 9% y el 10%), estas necesidades de capital podrían ser de hasta 6.000 millones de euros, aunque este punto está descartado pues el propio Rodrigo Rato ha anunciado que sacarán a bolsa a BFA a pesar de que hace unos meses anunció que no planteaba una salida a bolsa inmediata.
La SIP ha destinado a dotaciones 9.200 millones de euros de los cuales van para créditos fallidos 5.900 millones, para inmuebles 1.800 y para valores 1.500. Estos saneamientos cuando se convierten en neto suponen un saneamiento efectivo contra patrimonio de 6.440 millones.
BFA tiene un peso en el sector de cajas del 25%, por lo que se puede extrapolar que si sus necesidades de capital para alcanzar el 8% de «core capital» son de 2.000 millones, el total del sector podría necesitar unos 8.000 (dando por hecho que todos los grupos necesitan el mismo capital). Esta necesidad conjunta sería para llegar al nivel de capital más reservas del 8%,
en ningún caso para cubrir las pérdidas del ladrillo, que serían muy superiores.