Tiene razón José Mourinho. Con Pepe, el Real Madrid juega mejor. Con Pepe, el Real Madrid defiende mejor. Con Pepe, el Real Madrid presiona mejor. Con Pepe, el Madrid saca el balón mejor. El portugués pide un contrato de renovación por valor de 4 millones de euros netos por temporada y en Cornellá dio una exhibición para que el club suba su oferta, anclada en un tope de 3,5 millones por campaña, una cantidad basada en los parámetros establecidos para los grandes defensas. «Pepembauer» se erigió en el líder del mejor partido blanco de la temporada. Con diez hombres, sin Casillas, con Adán de debutante en la Liga, el defensa presionó por tres. El conjunto madrileño no jugó con diez. Lo hizo con doce. El hombre más defendido públicamente por el entrenador se convirtió en un muro atrás y tuvo carácter para morder también a los centrocampistas de Pochettino —Márquez y Baena— con una agresividad portentosa. Un solo jugador, el «filho do Maceio», se comió a los rivales. Este si que es «il muro» y no aquel centollo de Walter Samuel italiano que tenía los ladrillos aconchados cada vez que le encaraba un delantero.
Pepe fue el salvador de Adán en su «examen final de febrero». El joven portero (Madrid, 13-5-87) se estrenó en Liga en el encuentro más difícil de su vida. Era su tercera actuación con el equipo al cabo de cuatro años. Su bautizó se produjo en 2007, en un amistoso disputado en Israel. Su confirmación la vivió hace unos meses, el 6 de octubre de 2010, ante el Auxerre en Champions. Anoche acabó con todas las novatadas competitivas. Expulsado Iker nada más empezar, el guardameta asumió la responsabilidad de mantener la portería imbatida en inferioridad numérica. Lo hizo bien. Y ese brasileiro con pasaporte portugués que viste con el «tres» jugó eso, por tres. Cortó siete pases de gol con una capacidad espeluznante. En siete últimos momentos, Kleper sacó su pierna y anuló jugadas de miedo. «Ese portugués, qué magnífico es».
Adán se bautiza en Liga
Magnífico es también Adebayor, aunque desperdiciara tres oportunidades soñadas. Mourinho mantuvo al togolés como titular en detrimento de Benzema. El desgaste de Karim con su selección era una justificación objetiva. Pero la verdad es que Emmanuel es el hombre que pedía el técnico. Juega de «nueve» y sabe penetrar desde atrás. Tiene todas las características que desea el máximo responsable del equipo para generar espacios a Cristiano. «Manuel» y Ronaldo trajeron en jaque al Español. El africano destrozó los michelines de la retaguardia blanquiazul. Mereció marcar. Kameni le paró dos «mano a mano». En la otra ocasión, su vaselina que botó en el larguero. Pepe Klaverán fue el otro poste del partido. El que sujetó al Real Madrid. Y Adán rubricó la faena con dos paradas excelentes.
Con independencia del resultados, el segundo clasificado del campeonato ofreció su despliegue más completo del curso. La cartulina roja sufrida por Casillas no les hundió. Al revés, todos se pusieron el mono de trabajo blanco para trabajar como un negro, que diría Eto'o (y Adebayor). Ello, a pesar de que la expulsión de Iker obligó a realizar un cambio táctico al retirar a Di María para alinear un portero. Los blancos acusaron el desgaste en el segundo acto. Admitieron el control territorial de los locales para atacar al contraataque. Salió Lass para inyectar oxígeno. Con esta entrega ejemplar, el título de Liga es posible.
