Más pendientes del reloj que de costumbre, agobiados porque de tanto hablar del tema ya se ha establecido que febrero es un mes detestable y que lo único bueno es que dura menos días que los otros, los aficionados del Barcelona aprendieron a sufrir el domingo, expuesto el equipo de Pep Guardiola a una preciosa batalla contra el Athletic que desniveló Messi, el mejor guerrero para situaciones de tensión, imprescindible después de que alguno le cuestionara por dos actuaciones terrenales. «Me río de la crisis del Barcelona», resumió Joaquín Caparrós ante los micrófonos poco antes de que Guardiola se pusiera en plan reivindicativo, un mensaje para que se tenga en cuenta lo complicado que resulta estar tres años a tan alto nivel.
Hay quien sospecha que el Barcelona está cansado, escaldado en Londres pocos días después de salvar los muebles por los pelos en Gijón, un pelín más lento y rescatado el debate sobre el fondo de armario. Llegados a la parte sesuda de la temporada, los secundarios desaparecen y juegan los de siempre, únicamente reemplazables por los suplentes de confianza. Entre ellos, por exigencias del guión, está José Manuel Pinto, actor principal hasta que Valdés se recupere de una misteriosa lesión que no tiene una duración estimada porque los médicos y el club no quieren hablar del tema. De momento, el suplente lo ha hecho bien cuando se le ha necesitado y se lució contra los vascos.
Pero la realidad traslada al Barcelona a lo más alto de la tabla, con el Real Madrid a cinco puntos en una carrera estresante para los blancos, deseosos de que vuelva a resbalar el líder para creerse lo de que hay Liga. El conjunto catalán transita a una velocidad extrema y suma 65 puntos, cuatro más que en la edición anterior, y ha marcado 14 goles más mientras que ha recibido uno menos. De ahí el recadito de Guardiola, susceptible con los escépticos: «La gente se pensaba que después de Gijón ya no estábamos», apuntó después de superar al Athletic, convencido de que en Londres el equipo jugó a pedir de boca pese a la derrota.
Villa, a uno de Ibrahimovic
No hay dudas, pero el entorno es así, ahora encantado con David Villa cuando hace nada lamentaba su escasa puntería. El asturiano, con su tanto del domingo, ha marcado por primera vez en tres partidos de forma consecutiva y ya suma 20 goles en lo que va de curso, con lo que se encuentra a uno solo de igualar la marca lograda por Zlatan Ibrahimovic.
Hoy, segunda jornada de descanso para la plantilla en la primera semana sin fútbol del año, se esperaba que Guardiola firmase la renovación, un año más al frente de la nave, pero al final la foto de rigor con Sandro Rosell se producirá mañana.







