CatalunyaCaixa va a necesitar una inyección de entre 1.500 y 1.700 millones de euros para alcanzar el 10% de capital básico, o «core capital», que con toda probabilidad se va a exigir a las cajas de ahorros que no quieran verse arrastradas a salir a Bolsa. Así lo expresaron ayer los máximos dirigentes de la entidad catalana —fusión de las antiguas cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa—, que cerró el ejercicio de 2010 con unos beneficios de 76,6 millones (un 30,6% menos) y un «core capital» del 6,9%.
No es ningún secreto que, el panorama para las cajas, y especialmente para CatalunyaCaixa, es de dificultades. Las «exigencias terribles» que tienen que afrontar —en palabras de su director general, Adolf Todó— obligan a una recapitalización ante la que la entidad «no descarta ninguna alternativa». Como primera medida han contratado a Goldman Sachs para valorar la entidad y ayudar en el proceso: ante las reticencias a salir a Bolsa, CatalunyaCaixa buscará inversores privados o recurrirá, como parece probable, a una segunda ronda del FROB, al que tras pedir en 2010 1.250 millones, ha hecho una reserva para otros 1.000 ahora. Lo que parece claro es que en CatalunyaCaixa no le hacen ascos a una inyección de dinero público. «La nacionalización no es un tabú. Sí me preocuparía una intervención tal y como la prevé el Banco de España, relevando el equipo directivo, en cambio no me preocupa que se apueste dinero público por un proyecto bien gestionado», dijo Todó.
Por otra parte, y tras restar importancia a la inyección de dinero a las cajas que se ha anunciado desde Qatar, los directivos de la entidad dieron a entender que el consejo de administración aprobará el pago de bonus por objetivos, sobre un 5% del salario, que afecta tanto a la cúpula directiva como a los 4.500 empleados.
