Al momento dulce en infraestructuras culturales que este año va a vivir Sevilla con la inauguración de tres nuevos grandes teatros de 900, 2.000 y 3.500 localidades, respectivamente, se va a unir la consolidación de un nuevo espacio cultural abierto el pasado año en la calle Cuna, el Teatro Quintero, que parece haber cogido con éxito el testigo del desaparecido Teatro Imperial. El conocido comunicador y periodista onubense ha logrado en muy pocos meses traer a Sevilla a grandes intérpretes como Arturo Fernández o Jaime Blanch que no habían encontrado hueco en ningún teatro de la ciudad durante los últimos 18 años, prácticamente desde que cerró el coliseo de la calle Sierpes, dedicado al teatro más «comercial».. Que más de 22.000 espectadores hayan desfilado hasta ahora por este pequeño y céntrico coliseo de 300 localidades desde el pasado verano demuestra la existencia de un gran filón de público «olvidado» al que los grandes teatros públicos radicados en Sevilla no han hecho caso hasta ahora y que Jesús Quintero ha sabido recoger y poner en valor.
«Culto» y «comercial»
Sevilla cuenta en este momento con tres grandes teatros públicos: el Maestranza, dedicado principalmente a la ópera y a la música clásica; el Lope de Vega, que nada entre dos aguas e intenta guardar un equilibrio entre lo «culto» y lo «comercial»; y el Teatro Central, que se mantiene firme en su apuesta por las compañías más vanguardistas y experimentales, especialmente en danza, además de dar cabida a las producciones del Centro Andaluz de Teatro (CAT), dependiente de la Junta de Andalucía.
Además, en los últimos años se han abierto dos nuevas salas privadas como Fli y TNT, que se han sumado a Sala Cero, El Cachorro, la Fundición o Teatro Duque-La Imperdible.
