Molestos y sorprendidos se mostraron ayer los representantes de las patronales turísticas del Archipiélago tras conocer el contenido del documento de preaviso de huelga que los sindicatos habían elevado horas antes al Ministerio de Trabajo. Tanto desde la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) como desde la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), la advertencia fue clara: «La huelga terminaría con la temporada turística».
El presidente de la FEHT, Fernando Fraile —que atendió la llamada de ABC desde Berlín, donde hoy se inaugura la feria ITB—, puntualizó que la posibilidad de que la plantilla de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) interrumpa su trabajo durante 22 jornadas «es algo malo ya desde su anuncio», un anuncio que, agregó, «los sindicatos han escogido hacer justo cuando empieza la ITB». En este sentido, el representante de la patronal de la provincia de Las Palmas lamentó que «mañana por hoy, cuando comience la feria, las primeras conversaciones serán precisamente sobre este asunto», con lo que vino a ejemplificar cómo el mero preaviso daña al subsector. «Si luego, además, la huelga termina por hacerse, ni que decir tiene si se radicaliza, pues podemos terminar con la temporada», sentenció. Asimismo recordó Fraile a los responsables sindicales que a quienes «perjudican» en primer lugar es a los mismos trabajadores, especialmente en Canarias, por la dependencia de la llamada «primera industria» que padece la región y por la cantidad de empleados que, directa o indirectamente, dependen del turismo.
«La elección de esos 22 días —cinco de abril, tres en Semana Santa; otros cinco de mayo; tres de junio; seis de julio y tres de agosto— está estratégicamente hecha para provocar el mayor daño posible», apuntó el titular de la FEHT, quien corroboró que el turismo canario comenzaba a ver el futuro inmediato «con buenas perspectivas», al margen incluso de que la tensión social que viven países como Egipto o Túnez —competidores directos de las Islas— empiece a aflojar, lo que frenaría la deriva de visitantes a la comunidad. «La huelga es lo peor que podría pasar ahora», aseguró.
Una «barbaridad»
Y si el presidente de la FEHT fue rotundo en su explicación, no menos lo fue el vicepresidente de Ashotel, Juan Antonio Rosado: «Nos parece que este tipo de acciones, máxime en este momento, son una auténtica barbaridad».
Al ahondar en el nuevo problema que podría cruzarse en el turismo y, por extensión, la economía canaria, el representante de la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife insistió en el sinsentido —«no tiene razón de ser», dijo— que resulta de «estar en manos de unos señores cuyas decisiones no solo afectan al sector económico más importante de las Islas, sino, por tanto, a todo el Archipiélago». Además, y al margen de coincidir con Fraile en que la huelga podría hacer perder la temporada, Rosado cree que los derechos de los trabajadores «no tienen por qué interferir en los derechos de todos los demás ciudadanos», un extremo en que, subrayó, desembocaría el paro voluntario de los empleados de AENA.
Y es que el vicepresidente de Ashotel detalló que, especialmente en la región —por su condición de archipiélago—, los problemas de conectividad aérea son doblemente problemas, habida cuenta de las limitaciones intrínsecas del territorio. «No entro a hablar de lugares de la Península, donde sí tienen trenes, por ejemplo, pero en Canarias no los hay; por eso, insisto, esto es una auténtica barbaridad».
Más allá, el portavoz de Ashotel también quiso dejar claro que el mero anuncio de la huelga ya supone un «handicap» para el turismo en la comunidad autónoma. «El que se haya dicho ya es un handicap; basta pensar en esas personas que estuvieran valorando viajar a las Islas y que, ahora y ante semejante posibilidad, decidan no venir», incidió Rosado, quien apuesta por que la ley regule estas posibles situaciones.
