Cristiano Ronaldo ha iniciado una carrera contra el reloj que casi resulta dramática. Lo es para él pues quedarse fuera de un partido como el que este miércoles va a disputar el Madrid contra el Olympique de Lyon puede significarle una tragedia griega. Así que el portugués está apurando como nunca los plazos para poder estar mañana ante los franceses.
El luso está trabajando en sesiones dobles de mañana y tarde con una intensidad poco vista. Gimnasio y masajes por la mañana en Valdebebas y mucha piscina por la tarde en casa. Lo primero es para acelerar la cicatrización de la lesión muscular, y lo segundo para potenciar el resto de la musculatura.
Hoy hace doce días que Cristiano se lesionó en el bíceps femoral izquierdo. Los médicos dieron un plazo de entre diez y quince días de recuperación, lo que quiere decir que va a llegar, si llega, muy justo. No obstante, el problema va más allá: lo malo no es que llegue apurado, lo malo es que llegue y en el esfuerzo vuelva a lesionarse pues es una clase de dolencia muy dada a las recaídas.
Llamada a la afición
Mientras tanto, hay órdenes desde arriba: es necesario calentar el partido, por lo que el mismo Mourinho ya dio el primer paso nada más terminar el encuentro ante el Hércules. Pidió el fervoroso apoyo de la afición y ahora todos los suyos han copiado el discurso. Albiol y el capitán Casillas lo hicieron en la zona mixta, y ayer Benzema también pidió que la afición se vuelque para hacer el Bernabéu muy caliente.
El Olympique llega en su mejor momento desde hace tiempo: cuatro victorias y un empate en los cinco últimos cinco encuentros aderezados con goleadas y un juego ofensivo que hacía tiempo que no veían los aficionados franceses. Sólo dos goles encajados frente a los 16 que han marcado, con un Lisandro en plena euforia y un equipo que muestra una solidez táctica sin precedentes.







