Las cineastas españolas no están dispuestas a ser mujeres florero. A la presencia cada vez mayor de rostros femeninos tras las cámaras se suma su papel en las instituciones con voz y voto en la industria. El último ejemplo lo tenemos en las candidaturas a la presidencia de la Academia de Cine. Bigas Luna y Enrique González Macho estarán flanqueados por conocidas mujeres en su intento por presidir la institución. El director catalán ha confiado a Leonor Watling su primera vicepresidencia, mientras que el productor ha optado por Marta Etura y Judith Colell.
«Era su única opción y eso me encantó, que contara con dos mujeres para su candidatura», explica Colell. La cineasta, Premio Especial del Jurado en el último Festival de San Sebastián con «Elisa K», confiesa que «aunque las mujeres tenemos mucho camino por recorrer, por primera vez podemos romper ese techo invisible de cristal». El problema, según Colell, es que «no existimos en el cine español. No estoy de acuerdo con cuotas impuestas. Es un tema de justicia, porque hay mujeres totalmente válidas, pero por sí solas no van a salir, tenemos que ir concienciando a la gente».
Una labor casi de evangelización para la que Colell contará con la ayuda de Marta Etura, en cuyo rostro la directora ve el futuro del cine español. «La presencia de Marta me convenció del todo. Es una actriz con un presente y un futuro fantásticos, muy necesaria». Unos halagos que ruborizarían a la discreta protagonista de «Celda 211», quien en la presentación de la candidatura confesó que «el año pasado fue tan intenso que no pude rellenar la solicitud de académica, pero ahora es la mejor opción». Etura coincide con Colell en su respaldo a las nuevas tecnologías, «pero respetando los derechos de los creadores. La diversidad es riqueza, tanto en las opiniones como en el cine. Tenemos ideas muy claras, pensamos luchar por ellas y mejorar en lo mejorable».
Primera en saltar a la palestra
Judith Collel deja claro que «no tenemos nada en contra de la candidatura de Bigas Luna, pero creemos que la nuestra es mejor». Una postura que no comparte Leonor Watling, tercera mujer en discordia y la primera en saltar a la palestra al aceptar la oferta de quien la dirigiera en «Son de mar». Watling confesó en su momento estar «orgullosa» de ser su escudera y se mostró agradecida por la importancia concedida «a un cargo como el de la vicepresidencia de la Academia, una institución llena de gente maravillosa».
Esa parroquia de «gente maravillosa» tiene la responsabilidad de elegir al equipo que deberá batallar contra los malos datos del cine patrio en 2010, «annus horribilis» en el que cinco millones menos de espectadores fueron a ver películas españolas. Valgan como créditos finales las palabras de Judith Colell: «No nos hemos equivocado. Hacemos buenas películas, pero hay que convencer al público para que vaya a verlas. Tenemos que creer en nuestro cine como parte de nosotros».
