José Mourinho estuvo tan caballero como su colega, Redknapp, que nunca se quejó del árbitro. El entrenador portugués dialogó con el técnico inglés y le felicitó por el rendimiento del conjunto londinense durante el primer tiempo. El luso tenía claro que el rival no podría aguantar hora y media en inferioridad numérica y la goleada le pareció normal. «Fue una pena la expulsión de Crouch, pero era justa. El árbitro hizo lo que tenía que hacer. Peter no tuvo equilibrio, no midió, y vio la roja muy pronto. El partido, desde entonces, fue diferente. A este nivel de competitividad, enfrentarse once contra diez es misión imposible». Sincero, reconoció que el Real Madrid no funcionó como él quería al principio. Faltó garra. Luego, tras la «mourinhada» del descanso, todo se revolucionó. «Nosotros no estuvimos bien en el primer tiempo, pero sí lo hicimos en el segundo». No se dio importancia por el cambio de actitud conseguido a partir del intermedio. El conjunto blanco acorraló al británico y le goleó. Era lo que esperaba, dada la superioridad numérica. Comenzó a notarse a partir de la hora de partido.
Advirtió que el Tottenham no merecía ser vapuleado públicamente por el error de un jugador. «Peter cometió un fallo, pero el Tottenham es un gran equipo y no tiene que ser criticado por esta derrota».
«Crouch no midió y el árbitro hizo lo que debía. No jugamos bien el primer tiempo»
Xabi e Iker, aquel castigo
Pepe será el único jugador ausente por amonestaciones en el partido de Londres. A partir del 3-0, se pensó desde la grada en la posibilidad de forzar tarjetas para reservar hombres con vistas a las semifinales. Carvalho, Sergio Ramos, Cristiano y Di María se encuentran al borde de la suspensión. Una tarjeta la provocaría. Albiol, que no jugó ayer, está en la misma situación. El técnico habló claro.
«Soy el único entrenador del mundo castigado por forzar tarjetas»
Subrayó el rendimiento de Cristiano Ronaldo en sus condiciones físicas: «Estuvo bien y ahora veremos cómo se siente después del esfuerzo, pero creo que no se ha resentido de nada».
Jorge Valdano, director general de la entidad, elogió al público, que respondió al llamamiento del club: «Ha estado magnífico, como se merece una noche de Liga de Campeones. Era un día especial y hemos sentido la alegría de una victoria importante que nos hace soñar con las semifinales, pero todavía hay que jugar allí».
Casillas avisó de que la piel del oso no hay que venderla ya: «Hace unos años nos elimino el Mónaco y llevábamos una buena ventaja. No estamos clasificados».
Raúl, jaleado en el estadio
Aquel fiasco de Montecarlo lo vivió Raúl. El ex delantero madrileño volvió a ser aclamado en el Bernabéu, esta vez por su gol y su victoria con el Schalke 04, ante el Inter, en San Siro. La afición blanca no deja de recordarle. «Yo fui quien decidí irme del club, no José Mourinho. Al revés, él quería que me quedase», manifestó en Italia. Y dejó claro su retorno: «Cuando deje de jugar volveré a trabajar en el Real Madrid».






