Adebayor se quitó las rastas hace un mes. Desde entonces sufría como Sansón. Sin su pelo afro no marcaba. Su último tanto lo había firmado en enero, frente al Sevilla, en la Copa del Rey. Anoche se desmelenó en el césped. Soltó todo el gol que lleva dentro. Con el pelo cortito, como un niño bueno, el togolés puso al Real Madrid camino de las semifinales de la Liga de Campeones. Cabeceó las dos primeras dianas de la goleada, a pases de Ozil y de Marcelo. Jugó su mejor partido vestido de blanco. Era su estreno rematador en la Liga de Campeones. Hasta ahora sumaba dos aciertos en Liga y el golito de la Copa. Sus dos celebraciones de anoche en el partido clave de la Copa de Europa dieron la razón a José Mourinho, que peleó contra molinos de viento para conseguir la contratación de un delantero. Vino el jugador que deseaba. Adebayor. Un hombre al que conocía de la Premier. Y el africano le devolvió en el campo todo el esfuerzo que el responsable deportivo del club hizo para que pudiera firmar por el conjunto blanco.
Fue la noche de los valientes. El entrenador se la jugó con su ejército de lesionados. Cristiano, Di María y Marcelo saltaron al Bernabéu tocados. Lastimados. La apuesta, arriesgada, le salió bien.
Cristiano fue quien más acusó su lesión. No pudo exprimir su velocidad punta. Sin embargo, su diana, la cuarta del encuentro, también dio la razón a su técnico. Los mejores deben jugar los mejores partidos. Di María, dolorido muscularmente desde el primer minuto, estuvo siempre a su nivel. Sacó fuerzas de no se sabe dónde para presionar y robar balones como solo él sabe hacer en el Madrid. Transformó una noche de sacrificio en una fecha de ensueño, gracias a su golazo.
El brasileño echó a Crouch
Pero el futbolista que compitió con Adebayor en protagonismo fue Marcelo. Volvió a dar una lección de genialidad. Afectada su espalda, el brasileño superó sus molestias y explotó el esplendor en la hierba. Se encuentra en el mejor momento de su carrera. Y fue el más listo de la clase. Provocó la segunda entrada a destiempo de Peter Crouch y al «pívot» lo enviaron a la caseta al cuarto de hora por dos amonestaciones.
La tarjeta roja sufrida por el delantero inglés significó la expulsión más rápida en la historia de la Liga de Campeones. Hasta ahora, las cartulinas rojas más raudas de la Copa de Europa se habías producido a los veinte minutos, en fases de grupos. Marcelo jugó dos partidos en uno. El larguirucho, el punta más peligroso del Tottenham, tampoco estará en el encuentro de vuelta.
El único dato negativo para los locales fue la tarjeta a Pepe. El central portugués no jugará en Londres. El 4-0 debe ser ventaja suficiente para clasificarse para las semifinales del torneo que hizo grande históricamente a este club. Hasta el gol de Raúl en San Siro también se festejó en el Bernabéu. Fue un día especial. Se añoraban en el Bernabéu.
