Toros

Toros

Juan Pedro Domecq, el hombre inquieto que susurraba a los toros bravos

Figura ganadera y alquimista de la bravura, ha fallecido a los 69 años en un accidente de tráfico en la provincia de Huelva

Día 18/04/2011 - 18.00h

El ganadero don Juan Pedro Domecq Solís, estandarte en el campo bravo, ha fallecido este lunes en un accidente de tráfico. Empresario, ingeniero agrónomo y presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia entre 1984 y 1994, este hombre inquieto dedicó gran parte de su vida al estudio de la bravura, un misterio difícil de descifrar.

Tan inmensa palabra, perseguía en la crianza de sus toros: que embistieran hasta la muerte. A don Juan Pedro le ha llegado la muerte a deshora, a sus 69 años de lucha y sueños bravos, justo en las proximidades de su finca “Lo Álvaro”. Aunque aún le quedaban muchas faenas por completar, deja un legado importantísimo.

Mimó su divisa, manejada por tres generaciones de duques de Veragua y cuyo origen se remonta a 1757 con Gregorio Vázquez, impulsor del encaste vazqueño. La familia de Juan Pedro Domecq compró la ganadería de Veragua, la más antigua de España, en la década de los treinta. De su abuelo Juan Pedro Domecq Núñez de Villavivencio pasó a su padre, Juan Pedro Domecq y Díez, quien se quedó con vacas de Veragua y sementales del Conde de la Corte (Conde-Pedrajas).

Con Juan Pedro Domecq Solís como capitán del hierro, los juampedros ya tuvieron identidad propia y son muchas las divisas que se han nutrido de sus reses, dominantes en la dehesa de lidia. Desde sus inicios, buscó la “toreabilidad”, el toro que embistiese a los vuelos del capote y la muleta.

Inventó otro polémico término, el de toro “artista”, algo que despertó reacciones en contra con no poca sorna. Pero esta figura ganadera quería hacer frente al llamado astado comercial, cosa que le desagradaba. “El toro está hecho para crear arte, y arte hay también en su crianza”, decía. Sabedor de que todas las Bellas Artes rodean a la Tauromaquia, era partidario del paso del toreo del Ministerio del Interior al de Cultura.

Predilecto de las figuras

Su hierro ha sido predilecto de las figuras, cosa de la que Juan Pedro se sentía muy orgulloso, aunque no fue santo de la devoción de los llamados sectores toristas. Antonio Ordóñez, Curro Romero, Paquirri, Espartaco, Enrique Ponce o Morante de la Puebla forman parte de la interminable lista de “admiradores” que se han apuntado a esta firma ganadera. Él mismo toreó en numerosas ganaderías, porque torear era una de sus grandes pasiones y una de sus mayores nostalgias. Aseguraba que ponerse delante del toro era clave para analizar la casta, el galope, el ritmo, la nobleza...

Este enamorado de Sevilla y su Maestranza, fue un adelantado en un planeta táurico en el que no es sencillo innovar. Además de desarrollar un programa informático para desentrañar la herencia genética y programas de alimentación, inventó el tauródromo, un corredor de toros para que se entrenasen y disminuyen así las caídas en el ruedo.

En sus conferencias, entrevistas o libros, como Del toreo a la bravura, advertía de la importancia de la evolución de la Fiesta. En su opinión, la Tauromaquia no debía de anclarse en el pasado y era partidario de la modernización: consideraba que había que dejar atrás romanticismos de antaño y descubrir la realidad de hoy. Sólo miraba hacia el ayer para aprender de errores y aciertos y mejorar el mañana. Ese mañana en el que desde su barrera en el paraíso bravo continuará susurrando a los toros...

Búsquedas relacionadas
  • Compartir
  • mas
  • Imprimir
publicidad
Consulta toda la programación de TV programacion de TV La Guía TV

Comentarios:

Sigue abcdesevilla en...

Lo ?ltimo...

Copyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U.