Tratando de cargar a alguien el muerto de la crisis, empresas y familias claman contra bancos y cajas: dicen que han recibido ayudas públicas pero que siguen sin financiarles. Y se esfuerza el Gobierno en acelerar el proceso de reforma del mapa bancario para que el crédito vuelva a fluir. Los economistas insisten en que es básico para salir de este atolladero. Pero Alfredo Sáenz niega la mayor. Ayer, el consejero delegado del Santander no se anduvo por las ramas en este asunto. Vino a decir que España, tanto su sector público como el privado, todavía está sobreendeudado y que le quedan al menos dos años para reducir este apalancamiento. A partir de ahí, dejó caer, quizá se pueda empezar a hablar de reabrir el grifo del crédito.
Fue durante la presentación de los resultados del banco en el primer trimestre del año, según los cuales Santander obtuvo un beneficio neto de 2.108 millones de euros, un 4,8% menos que en el mismo periodo de 2010. El «número dos» de la entidad presidida por Emilio Botín no sólo reconoció que «efectivamente el crédito se está contrayendo», sino que «en España se tiene que contraer más». «A nadie le gusta contarlo así pero lo hemos dicho cuarenta veces: el país tiene un exceso de endeudamiento y tiene que desapalancarse», explicó. ¿Cuánto más? «Durante todo 2011 y probablemente 2012», estimó Sáenz, cuya entidad calcula que España debe reducir su deuda en unos 300.000 millones de euros —el 30% del Producto Interior Bruto (PIB)— a un ritmo de 100.000 millones al año.
El Santander, el primer banco de España, el primero de la zona euro por beneficios y en el «top ten» de la banca mundial, viene reduciendo la financiación a su clientela a un ritmo del 3% interanual. Según los últimos datos del Banco de España, los préstamos concedidos por el conjunto de entidades de crédito a familias y empresas crecen a un tímido 0,4%, mientras lo hacen al 17,5% para las administraciones públicas. El nivel de endeudamiento del sector privado alcanza el 170% del PIB; el del sector público, el 62%.
Más morosidad
La tasa de mora de la banca sigue al alza en nuestro país. El ratio de morosidad acumulado por el Santander en España —que representa el 13% de su beneficio, frente al 25% aportado por Brasil, el 18% de Iberoamérica o el 17% de Reino Unido— es del 4,57%. «El ratio del crédito inmobiliario es del 18,9%, y mancha el resto de nuestra cartera», recordó el alto directivo de la entidad. En cualquier caso, el banco prevé que la tasa alcanzará su pico todavía en el tercer trimestre del año, aunque estima que no superará el 5%.
Mientras, los depósitos del Santander crecieron al 7% interanual. Y Sáenz aseguró que si bien «no se ha firmado la paz absoluta», la guerra por el pasivo se ha relajado. Pero aún se libran algunas batallas: hay todavía entidades ofreciendo rentabilidades de más del 4%, algunas se han retirado de la contienda y otras han rebajado los costes de sus productos. «Hemos hecho un eufemismo, un apaño», reconoció Sáenz en referencia al depósito estructurado al 4% del Santander. Como fuere, el banco apoya la iniciativa del Ejecutivo de penalizar los productos de altos rendimientos.
«Es un mito que la banca no quiera dar crédito», defendió Sáenz, quien aseguró que con más préstamos mejorarían los márgenes de negocio. En la entidad cántabra estos fueron de 6.026 millones en el primer trimestre, un modesto 0,5% más. «Y otro mito es que los problemas de la economía se resuelven con más préstamos», remató el banquero. Sáenz cree que España «está haciendo sus deberes» y que «ha tocado fondo» en el aspecto macroeconómico». Eso sí, advirtió que la economía es aún «muy débil». Y añadió: «Se nota, precisamente, en el flujo del crédito».








