Antes de convertirse en una leyenda eterna, fraguó su carrera de éxitos en el Real Madrid. Fue el técnico que conquistó las Copas de Europa de 2000 y 2002. La última la celebró después de eliminar al Barcelona en semifinales. Venció en el Camp Nou por 0-2. El resultado que mañana necesitan los blancos. Será el cuarto duelo entre los dos grandes al cabo de 18 días. Tantos enfrentamientos han generado roces entre los internacionales. Del Bosque nos desvela los entresijos de aquel duelo y su misión inmediata. «Evitar que tanta intensidad perjudique al grupo de la selección».
—Tantos clásicos han provocado tensión entre los internacionales. ¿Preocupado?
—Claro que hay preocupación. No podemos mirar para otro lado, porque tantos partidos al más alto nivel generan roces entre los jugadores, como es lógico.
—¿Ha hablado con los jugadores?
—Lo hice antes de comenzar estos cuatro partidos. Ya sabía lo que podía suceder. Hablé con algunos jugadores con el fin de que la tensión de estos duelos no trascendiera a la armonía de la selección.
—Las discordias eran inevitables.
—Hay tantos intereses en juego que era razonable que hubiera esos roces. Estoy expectante y vigilante para que esta intensidad de unos encuentros tan importantes para los dos equipos no afecte al grupo.
—¿Teme que estropee el ambiente de España?
—Trabajo para que no sea así. Una cosa es que estemos atentos y otra que suceda algo. No hay que dramatizar. Y tener a nuestros dos clubes en semifinales de la Liga de Campeones es un éxito del fútbol español.
—El Barcelona venció 0-2 en el Bernabéu. ¿El Madrid puede repetir el 0-2 que usted consiguió en la semifinal de 2002 o ya está decidido?
—El Barcelona ha dado un paso adelante para estar en la final, pero no hay nada decidido. Los dos equipos son capaces de todo. Todavía recuerdo aquel 0-2, pero no por la victoria, sino por lo que sufrimos en el Bernabéu (1-1). El Nos apretaron mucho.
—¿Cómo fue aquel triunfo en el Camp Nou? Hubo dos golazos.
—«Zizou» abrió el marcador con un bonito tanto de vaselina. Y al final, McManaman logró otro muy bonito, colocando el balón a un ángulo.
—Vencieron con dos acciones de calidad y sujetaron bien al rival.
—Aprovechamos las virtudes de nuestros futbolistas. Fueron dos contragolpes buenos, dos salidas al ataque, y dos buenos goles. Aquel Real Madrid tenía grandes jugadores. En 2000 se fichó a Figo. Luego vino Zidane. Había muchos «galácticos». Pero no eran solo Figo y Zidane; es que también lo eran Fernando Redondo, Hierro, Raúl, Roberto Carlos... Se puso ese nombre a algunos jugadores y había bastantes más.
—Con aquel 0-2, jugar después en casa debía ser más fácil. No lo fue.
—No. Por eso digo que la semifinal de ahora tampoco está sentenciada. Los dos tienen clase de sobra para remontar resultados adversos. Un gol cambia una situación. En 2002, teníamos esa ventaja del partido de ida y en la vuelta puse una defensa de tres centrales, con Helguera, Hierro y Pavón, porque teníamos miedo. Había que frenar el fútbol ofensivo del Barcelona, con Kluivert, Saviola y Overmars. Cuando atacábamos, Helguera se convertía en otro centrocampista, pero cuando el rival tenía el balón, volvía atrás.
—Empataron a uno. Raúl firmó el 1-0 y Saviola empató.
—Lo pasamos mal. El Barcelona atacó bastante y tuvimos que trabajar mucho para frenarle. Fue un partido de máxima tensión, pero supimos contemporizar con el resultado, dominar la situación y controlarles.
—Preludio de su segunda Champions, ante el Bayer Leverkusen, con aquella preciosa diana de Zidane.
—Y con el bonito gol (1-0) de Raúl en el pase de saque de banda de Roberto Carlos. Ese fue de pillos. Y luego llegó el disparo de «Zizou» a la escuadra...
«Logré dos títulos y cuatro semifinales»







