Se acabó la racha. El motociclismo español sumaba treinta y cinco grandes premios consecutivos con victorias, a menudo con tripletes, y la lluvia en el circuito de Silverstone cerró una serie difícil de igualar. Alguna vez tenía que ser. El Gran Premio de Gran Bretaña vivió la peor actuación hispana desde Italia 2009, cuando ningún compatriota escuchó el himno.
Ayer, en Inglaterra, tampoco. Solamente conseguimos uno de los nueve podios de la jornada. Un balance tan flojo, con un mero cajón de los nueve posibles, no lo «sufríamos» desde Australia 2008. Entonces, solo Bautista ascendió al palco, en 250 c.c. Fue segundo. Ayer, en Inglaterra, el único protagonista de nuestro país era Héctor Faubel, que alcanzó el tercer puesto en la dura carrera de 125. No rayamos el disco, ni pusimos la bandera en el centro. Tampoco hay que abusar.
La prueba de la cilindrada pequeña volvió a ofrecer un magnífico espectáculo. El líder del campeonato, Nico Terol, pensó en la corona y rodó para conservar su integridad y sumar unos buenos puntos, ocho, en un asfalto traicionero. Era un día para los jornaleros del motociclismo. Para los jóvenes sin nada que perder. Para los especialistas en agua. Folger y Zarco demostraron esa sabiduría sobre asfalto mojado. Los dos aspiraban a conseguir su primer triunfo en el Mundial. Venció el alemán. El susto que se llevó el francés, en un trompo sobre su cabalgadura, lo aprovechó Jonas Folger para abrir su palmarés.
Nadar y guardar la ropa
Faubel disfrutó de su primer podio de la temporada, en su regreso al octavo de litro. Es el vigésimo tercer palco de su carrera, comenzada en el año 2000. El piloto de Aspar se merecía subir a los cajones desde el Gran Premio de Jerez. El infortunio se lo impidió hasta ahora. La guerra sobre el agua le ayudó. El valenciano remató su mejor carrera. La caída de Maverick Viñales en el tramo final de la prueba le concedió la suerte que otras veces le dio la espalda.
Tras Héctor entraron Salom, Efrén y el joven Adrián Martín, el tercer pupilo de Jorge Martínez, que se atrevió a superar hasta a su jefe de filas, Terol. La lluvia fue la mayor enemiga de nuestro motociclismo en las tres categorías. Derrotó a Lorenzo, a Márquez, a Viñales y a Nico, que al menos supo nadar y guardar la ropa del título.
