Siete defensas centrales. Se dice pronto, pero hoy por hoy el Real Madrid tiene siete defensas centrales en su primera plantilla. Es cierto que algunos de ellos son reconvertibles (también lo son algunos laterales como Arbeloa) en jugadores para cubrir las bandas o para moverse en el medio campo, pero son siete centrales natos que, también es cierto, lo más probable es que a principios de temporada se conviertan en cinco.
Es una plantilla «made in Mourinho», que es de la ancestral escuela de construir los equipos de atrás hacia adelante. El problema es que hay demasiados jugadores en la misma demarcación, quizás porque en el club quieren cubrirse en un puesto que hay que ir renovando y que, por tradición, siempre ha sido un problema en el Real Madrid. La dificultad es vieja porque la laguna persiste desde hace años: el equipo es ofensivo por historia y por obligación, también por grandeza. Es por eso que se va arriba con gente que no está acostumbrada a defender, lo que conlleva que se requieran jugadores excelsos en la parte de atrás. Y de esos hay pocos. Así que Mou quiere cubrirse porque se lo pide el cuerpo.
Además, algunos tienen lados oscuros: A Pepe le dijo Florentino que se lesionaba mucho y, aunque es muy bueno, va a empezar a tener un problema añadido: un estigma entre los árbitros de jugador duro, creado mitad por su floja cabeza, mitad por la propaganda realizada por el rival.
Carvalho ha completado una gran temporada, muy por encima de lo que se esperaba de él, pero ya tiene 33 años, el Madrid va a jugar en muchas competiciones la temporada que viene, una campaña mucho más apretada que esta pues hay Eurocopa al final de la misma, lo que hará que se juegue Liga en miércoles y domingo.
Sergio Ramos es lateral pero Mou cada vez le ve más como central, donde le gusta mucho pues se le aprecian menos las deficiencias tácticas que padece, que son su verdadero talón de Aquiles. Además, entra dentro de los planes de Mourinho colocarle de vez en cuando en el doble pivote (lo mismo que a Pepe). De los siete centrales, el caso más extraño es el de Albiol, al que el club ha puesto sorprendentemente casi el cartel de transferible: «Si viene una buena oferta puede aprovecharla». Un craso error sin duda. Mundialista y, sobre todo, un jugador que siempre responde, en cualquier circunstancia y ya sea como titular o llegando desde el banquillo.
Garay tiene pocas posibilidades de quedarse pues entraría en el fichaje de Coentrao como moneda de cambio, y lo mismo se puede decir del canterano Mateos, al que cederán para que se vaya curtiendo.
Un castillo de hierro
Queda Raphael Varane, al que se ha fichado por tres razones fundamentales: lo ha recomendado Zidane, y eso es palabra de ley; es una opción de futuro para cuando se vaya apagando Carvalho y, tercero, es un jugador que puede jugar en el doble pivote.
Pero hay más rocas en el muro. A los siete centrales hay que sumar los tres porteros y cinco más de corte defensivo: Arbeloa, Antiltop, Lass, Khedira y Marcelo. Un verdadero alambre de espinos para los rivales.







