El abogado sevillano Joaquín Moeckel fue el primero en lograr abrir una brecha judicial en la imagen de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Quién no recuerda el caso de las grabaciones en las bodas con el fin de recaudar derechos de autor de la música que sonaba en el banquete. La denuncia que interpuso Moeckel, y que ganó en 2008, puso a la entidad de gestión en la diana de las críticas de la opinión pública sobre los métodos y las formas a la hora de recaudar los derechos de autor.
Después del registro el pasado viernes y la detención de los directivos de la entidad, entre ellos, Eduardo Bautista, ABC ha conversado con el abogado sevillano, que asegura que siempre notó «algo extraño en el afán recaudatorio y voraz de la sociedad, algo que se venía observando desde hace mucho tiempo, aunque la investigación haya sido llevada a cabo ahora». Para Moeckel «una cosa es defender los derechos de autor, algo que me parece fenomenal y respeto, pero no a costa de todo. No vale todo».
El abogado, que también ganó una denuncia contra la entidad sobre el canon digital, afirma que lleva diez años luchando contra sus métodos. «No se puede llegar a un sitio diciendo que eres un inspector de la SGAE, como si fueras un inspector de la policía, y tampoco ir amenazando en los conciertos, o colarse en una boda, que es un acto privado, simulando que estás invitado...»
- Pero la investigación de ahora no se refiere a los derechos recaudados, si no a un entramado de empresas dependientes de la SGAE...
- El poder cuando se ejerce mucho tiempo corrompe, así de claro, en cualquier tipo de institución, y sobre todo en aquellas donde se maneja mucho dinero. La no alternancia, la no transparencia, hace que la persona que dirige una institución, una Junta o un gobierno llegue un momento que piense que eso es suyo y empiece a mezclar lo propio con lo ajeno. Como en todo, el aire fresco es fundamental. Hay que saber irse de los sitios.
- Si bien de vez en cuando la SGAE ocupaba algún que otro titular en la prensa, a partir de la denuncia que usted ganó la entidad no ha dejado de ser objeto de litigios y reproches, recogidos en los medios.
- Es que yo a la SGAE la hice vulnerable. Antes era como una apisonadora, que lo ganaba absolutamente todo, y llegué yo y le gané algún procedimiento judicial. Cuando perdieron, la gente se dio cuenta que la SGAE y Teddy Bautista eran vulnerables, se podía ganar, se podía discutir, se podía debatir. Y en esto, los medios de comunicación han jugado un papel muy importante. Una sentencia que hubiera sido un pleito puntual en una provincia española, se convirtió en una noticia de telediario.
- Pero a los medios se nos ha acusado incesantemente de querer desacreditar a la SGAE.
- Eso es una falacia. Decir eso de los medios que no son afines es lo más dictatorial del mundo. Los medios cuentan lo que existe, si no es así no pueden hacerlo. No matemos al mensajero. Si mañana hay una sentencia, los medios contarán los hechos.
- ¿Creen que desde los distintos poderes públicos se le ha consentido mucho a la SGAE?
- Muchísimo. La izquierda se identifica con el momento autoral, el momento ceja, y a la derecha, cuando gobierne, le dará miedo y complejo enfrentarse a los autores, lo que resulta estupendo para la SGAE.
- ¿Que tras dos años de investigaciones se hayan producido ahora el registro de la entidad y las detenciones de sus directivos encierra para usted algúna lectura política?
- Esto es una «Rubalcanada». Un movimiento de despiste para no hablar de la crisis y de los cinco millones de parados, y de camino contentar al movimiento «indignado». Esto es una bomba cuya explosión ha sido controlada.
- ¿Cree que queda mucho todavía por salir a la luz sobre la SGAE?
- En una institución donde se mueve tanto dinero tiene que haber una transparencia absoluta, y cuando el poder se ejerce tanto tiempo y sin alternancia, ¿quién controla eso?
