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La Copa América ha ido ganando peso edición tras edición. El hecho de que varios de los mejores jugadores del mundo participen en ella, la convierte inmediatamente, en foco de todas las miradas. Y si a eso le sumamos que hay tres hombres de futuro incierto como Neymar, Agüero y Alexis Sánchez, pues se convierte en algo casi de interés público.
«Neymar es como Robinho pero con más gol», ha dicho Zinedine Zidane. El nombre del jugador del Santos lleva revoloteando varios meses postulándose como el fichaje que necesita el Real Madrid para la próxima temporada y que ya tiene prácticamente cerrado. 45 millones aparte según su cláusula —algo menos en el devenir de las negociaciones—, la Copa América se presentaba como el escenario donde Neymar iba a consolidarse como una gran estrella mundial. El resultado, de momento, deja dudas.
Neymar ha sido titular en los tres encuentros de Brasil, y su bagaje se resume en un partido mediocre ante Venezuela, otro del mismo nivel ante Paraguay, y dos goles y algo más de presencia ante Ecuador. «Di todo lo mejor de mí y funcionó», declaró después de ese encuentro. Aun así, menos de lo esperado por muchos. Su juego, escorado a la izquierda, depende en exceso de la capacidad de imaginación que ese día tenga Ganso, aliado suyo en el Santos, y dueño de un tanto por ciento de los méritos de Neymar. A medida que vaya subiendo la exigencia en la Copa, más miradas estarán pendientes de sus evoluciones, y ahí es donde se verá su valía y si es una versión mejorada del mejor Robinho.
Mejor le ha ido a otro deseado por el Real Madrid. Tras declararse en rebeldía y afirmar que no volverá a jugar con el Atletico de Madrid, y mientras espera que alguien vaya a pagar su clausula de rescisión de 45 millones de euros, el Kun Agüero ha mostrado el resurgir de su selección. Suplente en el partido inaugural del torneo ante Bolivia, hizo el gol que valió el empate. Repitió en el banco ante Colombia, para pasar a ser titular y hacer dos goles ante Costa Rica. Su sintonía con Messi es la base de la albiceleste. Y a ellos se encomiendan los argentinos para ganar a Uruguay este próximo sábado.
También le sonríe la Copa América a Alexis Sánchez. Reacio a hablar —no hace declaraciones ni después de los partidos—, el interés del Barcelona no parece haberle hecho perder la concentración. Marcó un gol decisivo ante Uruguay en el segundo encuentro, y ha sido el más destacado de una selección chilena que, con Borgui, ha seguido la línea ascendente que ya dibujó con Bielsa. Tras su buen inicio son candidatos a estar en semifinales. Se medirán a Perú.
Tras ellos, el nombre propio de la Copa ha sido Messi. Blanco de iras de su propia afición, ha sabido esperar su momento y jugar en función del equipo. Ha comprendido que en Argentina no valía con ser Messi, porque no lo necesitaban, y se ha disfrazado de Xavi e Iniesta, algo vital para que las piezas funcionen.
Por lo demás, con los cruces de cuartos de final que se juegan a partir de mañana ya definidos, el balance arroja una sorpresa, la de Venezuela, que con un empate agónico ante Paraguay en la última jornada ha logrado clasificarse como segunda. Y también deja demasiados grandes venidos a menos.
Argentina, Brasil y Uruguay necesitaron del último partido para clasificarse, México fracasó con una selección sub 22, y Paraguay se ha clasificado como mejor tercero con tres empates. Únicamente Chile y Colombia han dado muestras de fortaleza, táctica y mentalmente. Lo del juego es otra historia.
Es competición única en la que de momento no están luciendo aquellos a los que se esperaba. Tienen aún una semana para cambiarlo.
