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El título de la Liga italiana de la temporada 2005-2006 se queda en posesión del Inter de Milán, en contra de la reclamación interpuesta por una Juventus Turín a la que se le arrebató el 'scudetto' en esa campaña por su implicación en el escándalo "Calciopoli".
Según han informado los medios de comunicación italianos, éste es el resultado de la reunión del Consejo de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) celebrada en Roma.
La entidad 'nerrazzura' se hizo con el título del campeonato liguero de 2006 tras las penalizaciones sufridas por la Juventus y el Milan, que habían quedado en primer y segundo lugar en la clasificación respectivamente, por su implicación el escándalo de corrupción del fútbol italiano que estalló hace 4 años.
La decisión del Consejo de la Federación italiana de Fútbol llega tras la petición presentada por la Juventus en mayo de 2010, cuando la entidad turinesa decidió recurrir la concesión del 'scudetto' al Inter a raíz de la aparición de nuevas pruebas y escuchas telefónicas que relacionaban al club milanés con la trama de corrupción y favores del 'calcio'.
Una trama por la que la Juventus, además de quedar despojado del que hubiera sido su vigésimo noveno título de Liga en la temporada 2005-2006, fue sancionado con el descenso a la Serie B italiana (Segunda división de Italia).
Delitos prescritos
El pasado 1 de julio, la Fiscalía de la FIGC ya había decidido archivar esa petición de la Juventus, al no encontrar hechos de relevancia disciplinaria procesables para la justicia deportiva, durante la fase de instrucción. En sus argumentaciones para solicitar el archivo de la causa, el el fiscal de la FIGC, Stefano Palazzi, consideró que habían quedado prescritos, en lo deportivo, todos los delitos.
Eso sí, Palazzi hablaba de delitos y acusaba particularmente al ex presidente de la sociedad interista, Giacinto Facchetti, de haber tenido conductas encaminadas a asegurarse una ventaja en la clasificación", mientras absolvía al máximo accionista del club y actual mandatario, Massimo Moratti.
El fiscal se desinhibía así de la causa y dejaba la palabra final, sobre la revocación o no de dicho "scudetto", en manos del Consejo de la FIGC.