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El hecho de que Cesc Fábregas no viajara a Lisboa con el resto de la expedición del Arsenal como estaba previsto en un primer momento dejaba entrever que su fichaje por el Barcelona estaba más cerca que nunca. Las reuniones fueron intensas durante todo el día de ayer, con Josep María Bertomeu, vicepresidente deportivo del club azulgrana, llevando el peso de las negociaciones en las oficinas del Arsenal.
En un intento por llegar a un acuerdo, el Barcelona ofreció 35 millones de euros por Cesc —29 fijos y otros seis en función del rendimiento ofrecido por el futbolista en España—, pero el Arsenal reiteró su postura de no vender al centrocampista por menos de 40 millones de euros. Fue entonces cuando el jugador decidió forzar un poco la situación, quedándose en Londres en contra del deseo de Wenger, que esperaba contar con el español para disputar el amistoso que el conjunto inglés jugará esta tarde frente al Benfica en Lisboa.
El gesto de Cesc, que incluso a llegado a renunciar a los tres millones de finiquito que le corresponderían por dejar el Arsenal, hará que el Barcelona eleve su oferta para tratar de cerrar cuanto antes el traspaso. Eso sí, parece que a partir de ahora será Sandro Rosell, presidente del club, el que lleve personalmente las negociaciones con Stan Kroenke, el dueño de los gunners. Tras la reunión que tuvo lugar ayer, el Arsenal había rechazado la última oferta de 38 millones.






