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Uno de las grandes expectaciones hoy en la semana de la moda de París era el debut de Olivier Rousteing al frente de la firma de lujo Balmain. Y el nuevo director creativo de la casa (tras la marcha de Christophe Decarnin) ha sabido tomar el testigo del espíritu rock que devolvió a la marca al top de ventas. Poco riesgo y bastante acierto comercial para la Primavera/Verano 2012.
Sobre la pasarela hemos visto minivestidos tan ajustados como una «segunda piel», chaquetas con hombreras afiladas y muchos detalles de cristales, remaches metálicos y cadenas. Y es que estos símbolos se han colado en los últimos años en las «listas de la compra» de las «jet-set party girls» con tarjeta de crédito ilimitada.
Hace seis meses el futuro de la marca se tambaleó repentinamente cuando Christophe Decarnin, el hombre que revivió la firma tras el declive de los años 89 y 90, no se presentó en el desfile de la última temporada. Con su colección, Rousteing ha tranquilizado a las «balmainíacas» asegurándoles más objetos de deseo que pronto llegarán a sus lujosos armarios.