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«Quizás tendríamos alguna oportunidad si la UEFA nos permitiera jugar con dos porteros, pero no creo que la petición sea atendida». La estrella y capitán del equipo, Pavel Horváth (36 años), reflejaba el espíritu del Viktoria Plzen en la previa del partido en Barcelona. «Hemos venido a ganar pero si perdemos 8 a 0 es igual, hemos venido a jugar». Visitar el Camp Nou y enfrentarse al campeón de Europa es histórico para un club que hasta hace muy poco tenía como objetivo permanecer en la Primera división checa. Su tradicional fiesta cervecera era hasta este verano el orgullo de los 175.000 habitantes de Plzen, ciudad de la región de Moravia que desde la temporada pasada tiene en su centenario equipo de fútbol otro motivo para presumir. Justo un siglo después de fundarse (1911), sorprendía a Slavia y Sparta, los dos grandes de Praga, y levantaba su primera Liga.
Ni la piel de cordero con la que saltará al césped ni su escasísimo bagaje en Europa, donde hasta este año solo sumaba dos apariciones, son motivo de relajación para un Guardiola que no tuvo pudor en reconocer que sabe poco de su rival, aunque animó a sus jugadores a «tomárselo en serio» para evitar una sorpresa desagradable. «Es normal que Abidal dijera que no conocía al Viktoria Plzen. Yo no había visto un partido de ellos hasta hace dos días», afirmó el técnico.
Trotamundos del balón, Pavel Horváth es la bandera de un equipo que la temporada pasada ganó 21 partidos en su liga, empató seis y perdió sólo tres. Tras jugar en Portugal, Turquía y Japón, el veterano centrocampista ha sido fundamental en el salto de calidad de un grupo que desde su llegada también ha ganado un título de Copa gracias a la apuesta por el fútbol ofensivo. «Eliminaron al Rosenborg en la previa y hay que tomárselo en serio», insistió Guardiola, que incluyó a los canteranos Cuenca y Jonathan dos Santos en su convocatoria.
En su primera rueda de prensa de la temporada, Messi se apuntó a la teoría de Guardiola al recordar que al Milán ya le costó superar a los checos. También se refirió a la Liga al restar importancia a que los árbitros no le hayan pitado ningún penalti, y negó que tenga una rivalidad insana con Cristiano Ronaldo: «No tengo ningún reto contra él».