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Con la canción «Siamo solo noi» de Vasco Rossi, el tema favorito de Marco Simoncelli, decenas de personas han acompañado el féretro del piloto desde la parroquia de Santa María Assunta hasta el cementerio de Coriano.
Un largo aplauso ha recogido el ataúd a la salida de la iglesia, donde la madre de «SuperSic» Rossella se ha fundido en un conmovedor abrazo con Valentino Rossi, quien a duras penas aguantaba las lágrimas mientras ayudaba a llevar el cuerpo de su amigo Marco después de poner en el libro de firmas: «Joder, te echo de menos».
Mientras, Paolo Simoncelli, padre del piloto, se ha perdido en un largo abrazo con Jorge Lorenzo quien ha querido dedicarle estas palabras de adiós en el libro de condolencias: «Te recordaré para siempre y perdóname por haber discutido contigo».
Kate Fretti, la novia de Simoncelli, «el amor de su vida», ha encontrado las fuerzas para hablar delante de todos: «Yo, como creyente que soy, tengo una teoría. Marco era una persona perfecta y las personas perfectas no pueden vivir con nosotros, los comunes mortales». Después de esto, ha salido el cortejo fúnebre.
En el podio más alto
El obispo de Rimini, Francesco Lambiasi, también ha tenido palabras de afecto hacia Marco Simoncelli y su familia: «Momentos antes de la última carrera has dicho que deseabas ganar el Gran Premio porque allí sobre el podio todos de verían mejor. A nosotros ahora nos duele no poder verte, pero nos da tanta paz y alegría la esperanza de saber que ahora estás en el podio más alto que existe. Adiós Marco».
Así ha terminado la homilía. Una misa triste y conmovedora de despedida de un alma joven de tan solo 24 años que tan buenos momentos ha dado al mundo del motociclismo.






